Mucho en común

En cuestión de piel, hombres y mujeres tenemos el mismo objetivo: una hidratación adecuada. "Una crema concentrada en retinol, vitamina C o ácido salicílico obtiene los mismos resultados en hombres que en mujeres", explica Pedro García Maggi, fundador de Skeen, una firma que nació para cubrir las necesidades de la piel masculina, pero que se ha convertido en un must de los neceseres femeninos.

Pero también hay diferencias, y las marcan las hormonas. La testosterona hace que ellos tengan más glándulas sebáceas y sudoríparas y que su piel sea más gruesa. Eso supone que las arrugas tardan más en formarse. Además, tienen más colágeno y lo pierden más lentamente que las mujeres, que sufren un bajón drástico en la menopausia. Pero eso no significa que no tengan que cubrir aspectos como la piel fatigada o la hinchazón bajo los ojos, a la que son más que propensos.

La preocupación por las ojeras y las bolsas hacen que la operación estética más frecuente entre hombres sea la blefaroplastia. Pero si se cuidaran a tiempo, podrían evitar ese problema. Por eso compartir conocimientos (y cosméticos) puede ayudarles a mejorar su aspecto.

Llega el día del padre. ¡Regálale algo que podáis compartir!

Todos los elementos de una rutina básica de belleza. Al final es una cuestión de las fragancias y las texturas de los productos. Ellos las prefieren frescas y ligeras, que sean fáciles de utilizar, que se absorban en cuestión de segundos y que no huelan a flores. Si coincides con él en pedirle eso a tus potingues, podréis ponerlos en común sin problemas. ¿Qué va a serle más útil a él de tu arsenal? Una hidratante con SPF, un limpiador al agua que se aclara fácilmente y un exfoliante. Lo único que te va a pedir es que ninguno huela a perfume femenino.

A disimular bolsas y ojeras. Es el indudable talón de Aquiles de los chicos. Si la mircrocirculación sanguínea en esa zona ya es complicada para nosotras, a ellos se les bloquean muchos más capilares. Enséñale que lo único que necesita es un producto descongestionante para evitarlo y un toque de corrector para disimular los oscuros surcos, y proponle alguno de los que usas habitualmente. Mejor en stick, como el de Shiseido, que se aplica fácilmente, o en crema ligera, como el de Lancôme, que se funde enseguida con la piel.

No lo planteamos porque sean dos elementos de su anatomía claves en vuestra relación (aunque besos y caricias son siempre bienvenidos). Pero si no ha descubierto todavía las maravillas del bálsamo labial, o lo que cambian unas manos con un poco de crema, déjale que pruebe con los tuyos. Fíjate en que el labial no tenga acabado brillo y en que la crema de manos tenga una textura de fácil y rápida absorción. Y si te atreves a dar un paso más, iníciale en el fabuloso mundo de las manicuras.