Chica tomando el sol / Fotolia

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En busca de: el dorado

Aunque bronceado y saludable parecen conceptos antitéticos, si tomas las precauciones necesarias puedes conseguir tu mejor color con el mínimo riesgo.

A estas alturas, ya sabes todo lo negativo que la exposición solar puede acarrearte, de arrugas a melanomas; pero hay que admitir que tomar el sol es la droga de la temporada. Literalmente. Los científicos han demostrado que, cuando el cuerpo es bañado por el astro rey, genera endorfinas en grandes cantidades y estos opiáceos naturales te provocan una sensación de bienestar que crea adicción.

Por eso no quieres levantarte de la toalla. Pero vas a tener que hacerlo. Además de elegir la protección adecuada, tienes que controlar el tiempo de exposición. Hay formas y formas de conseguir tu objetivo y entre unas y otras la diferencia puede ser mortal. Así que ¡sigue nuestros consejos!

Soins Soleil Crema ligera de rostro SPF50+ de Galénic (15,54 €). Delial Aceite Sensitive Advanced SPF50 de Garnier (10,50 €). / D.R.

1. Exfoliar mejora el bronceado

Al librarte de la capa externa de células muertas, preparas tu piel para un color más uniforme y logras que se broncee antes. Te pones morena porque se activa la melanina: como defensa, tus melanocitos construyen una capa en las células de color más oscuro donde incide el sol, como una diminuta sombrilla. Si tu piel está exfoliada y con células renovadas, su tintado es visible antes.

2. Autobroncea para no temer al biquini

Si tus ganas de estar morena entrañan riesgo, usa autobronceador antes de ir a la playa. Las nuevas fórmulas ya no dejan la piel anaranjada ni tienen olores desagradables. Por ejemplo, la Lait Fondant Auto-Bronzant de Clarins recrea la misma calidad el bronceado natural y lo hace con un extra de hidratación, gracias al extracto de higo y de aloe vera.

3. Huye de las cabinas de rayos UVA

No preparan tu piel para el bronceado, solo aportan radiación ultravioleta que aumenta hasta un 75% el riesgo de cáncer de piel, según la Academia de Dermatología de EE.UU. "Debería indicarse que esta radiación puede ser perjudicial", dice el dr. José Carlos Moreno, presidente de la academia española.

4. Qué buscar en la etiqueta

El factor de protección solar. Cuanto más alto, mejor: 50 es la cifra mágica, aunque 30 ofrece un buen nivel contra los rayos UVB, los que causan quemaduras. Para los UVA, los que pueden provocar cáncer, necesitas refuerzos: verifica que la etiqueta diga "amplio espectro" o "UVA". Hay productos, como los de Lancaster, que también protegen de la radiación de la luz visible y los infrarrojos.

1. Gel Exfoliante y Tonificante de Bio Beauté de Nuxe (16,90 €). / D.R.

5. Las cantidades sí importan

Es un error común: darte menos crema de la necesaria. La medida es un vaso de chupito para el cuerpo y una cucharada sopera para la cara. No te olvides de las orejas o la nuca. Repite a las dos horas (los rayos solares desactivan los filtros) y busca cremas que refuercen su efecto protector con el agua, como la tecnología WetForce de Shiseido.

6. Siempre antes de salir de casa

No esperes a llegar a la playa para aplicarte la crema. Cuando hayas clavado la sombrilla, llevarás 20 minutos sin protección, el tiempo que requiere tu piel para empezar a quemarse. ¿Te hemos dicho ya que cinco quemaduras en tu vida multiplican el riesgo de melanoma hasta un 300%? Recuerda que, además, el protector tarda de 15 a 30 minutos en activarse.

7. Respeta los tiempos

Como máximo, tu cuerpo puede estar una hora diaria al sol los primeros días no debería superar los 30 minutos, y nunca entre las 12 y las 16 h. La melanina tiene un límite de producción diario (menor cuanto más blanca eres) y una vez que lo pasas, no vas a ponerte más morena. Usa apps como Lancaster Sun Timer, que avisa cuando debes buscar la sombra.

8. Deja descansar a la piel

Sabemos que quieres sacarle el máximo partido a tus días de playa, pero lo ideal sería que, tras una jornada en la que hayas tenido mucha exposición, te tomaras un descanso al día siguiente, alejada del sol y sumergida en cremas after sun. Si dejas que la piel se regenere, se rehidrate y equilibre su nivel de melanina, tardarás más en perder el color.

Participa en nuestro debate: ¿Por qué, aunque conocemos los riesgos, seguimos pasando horas y horas al sol, sin la protección necesaria?