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¿Este verano te vas a un destino lejano y exótico? Hasta llegar a tu particular paraíso quizás tengas que sufrir un vuelo de muchas horas. Además del cansancio lógico por el viaje, tienes que saber que tu cuerpo y, en particular, tu piel, sufre bastante en el avión, lo que complica, y mucho, llegar a tu destino con buena cara.
Y es que además del desfase horario (si viajas a otro continente), la dificultad para dormir y descansar y la incomodidad por el escaso espacio entre los asientos (a no ser que tengas la suerte de viajar en business), en el avión se dan una serie de condiciones ambientales que nos pueden provocar ciertas molestias y problemas.
En los aviones la sequedad del ambiente es ligeramente inferior a la habitual, lo que hace que nuestra piel se reseque, además de nuestros ojos y hasta la nariz. Además la alta presión genera un descenso del aporte de oxígeno a los tejidos, lo que puede agravar afecciones como la cuperosis. Por si esto fuera poco, si viajas al lado de la ventanilla debes saber que los rayos solares a esa altura son mucho más dañinos.
Con todo esto llegar a nuestro destino con buena cara es bastante complicado pero si muchas famosas lo hacen, ¿por qué nosotras no?
Para paliar los efectos de la sequedad lo más importante es beber abundante agua durante el vuelo. Si quieres estar perfectamente hidratada no caigas en la tentación de los refrescos, del alcohol o del café, y cada vez que el personal de a bordo te ofrezca un refrigero elige agua.
Si haces un vuelo muy largo, es preferible no utilizar maquillaje porque los poros se van a obstruir después de tantas horas. Pero si te has maquillado, no olvides unas toallitas desmaquillantes para limpiarte antes de dormirte.
Llévate un neceser en tu bolso de viaje (recuerda que debes llevar todos los líquidos en una bolsa transparente cuya capacidad no sea superior a un litro y que los envases individuales no pueden superar los 100 ml) en el que debes incluir una crema hidratante, un agua termal, un cacao o bálsamo de labios, un protector solar, un spray nasal (si sueles sufrir sequedad en la nariz) y lágrimas artificiales (si tus ojos son secos).
Además, para que al llegar a tu destino puedas lucir tu mejor cara deberás llevar contigo un kit básico de maquillaje (solo necesitas crema con color o BB Cream, corrector, colorete, máscara de pestañas y un brillo de labios).
No olvides tampoco el cepillo de dientes y la pasta, unas toallitas desodorantes, champú en seco para arreglarte el pelo y un peine.
Para estar más cómoda utiliza ropa amplia y ligera. No olvides tampoco una chaqueta y un foulard para protegerte del aire acondicionado.
Olvídate de los tacones. Es preferible que lleves unos zapatos cómodos y planos, o si no puedes vivir sin tus tacones, al menos, llévate unas zapatillas para cambiarte durante el vuelo.
Para que tus piernas descansen durante el vuelo, aplícate una crema relajante, levántate cada dos horas, con la excusa de ir al servicio para caminar un poco, intenta estirar las piernas y evita tenerlas cruzadas durante mucho tiempo. Estos consejos te ayudarán a evitar el síndrome de la clase turista, un problema vascular que puede afectar, sobre todo, a personas con cierta edad o que sufran problemas circulatorios.
Si llevas lentillas, es preferible que las sustituyas por tus gafas. La sequedad del ambiente hará que tus ojos estén mucho más sensibles y secos. No olvides tampoco tus gafas de sol, imprescindibles durante el vuelo si entra mucho sol por la ventanilla, y al aterrizar para esconder tus ojeras.
Otro truco que utilizan algunas famosas es llevar un sombrero, de forma que tu pelo quedará escondido, ya que después de tantas horas de vuelo tu melena puede no estar en sus mejores condiciones.
La top Alessandra Ambrosio con gafas de sol y sombrero, complementos imprescindibles para vuelos largos. /
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