S.O.S grano a la vista

Un grano, por muy aislado que parezca, es una mezcla fatal de poro obstruido e infección por la acción de una bacteria. Si cedes a la tentación de reventarlo, la infección se propagará por todo tu rostro. Además, lo que antes era una espinilla, se convertirá en herida y, luego, en futura cicatriz.

Así que crea un dique de contención con activos antibacterianos y antiinflamatorios, como el aceite de árbol de té; reguladores de la actividad seborreica, como los retinoides; y queratolíticos, como el ácido salicílico o azelaico, que favorezcan la regeneración de la superficie de la piel.

No puedes ir por la vida con ese pegote de crema que te pones en casa. Pero sí puedes pasarte a los geles miméticos con activos reparadores, que crean una película transparente por encima de la zona afectada sobre la que incluso puedes maquillarte.

Además de encapsular el grano en un escudo protector, actúan contra la inflamación y regulan el desequilibrio cutáneo. Y nadie se enterará de que los llevas puestos.

Camuflar un grano irritado con maquillaje tradicional no es buena idea. Sus activos oclusivos suelen empeorar la situación. Busca productos específicos, como Dermablend 3D de Vichy y su tecnología Alliagel, que consigue igualar la superficie de la piel. O la versión con color del tratamiento antiacné Effaclar Duo (+) de La Roche-Posay. Sus pigmentos minerales purificados cubrensin obstruir los poros.

A una espinilla aislada le suele seguir todo un ejército de granos. Establece una estrategia que acabe con ellos y con sus efectos: aplícate un tratamiento específico todos los días. Blemish+ Age Defense de SkinCeuticals cuenta con una combinación de ácidos dioico, salicílico, glicólico y cítrico. El Sérum de Kerancyl elimina además las rojeces de las marcas con vitamina PP.