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Con las vacaciones de Navidad, y el frío que se ha instalado en nuestro país, seguro que muchas estáis pensando en practicar vuestro deporte favorito: el esquí, o quizás seas más de snowboard. Incluso habrá quién no le guste esquiar pero no resista a pasar algún día en la nieve.
Son solo unos meses los que podemos disfrutar del manto blanco en las montañas, un espectáculo precioso, y una oportunidad para los amantes de los deportes de invierno. Pero, ¿sabías que el frío, el viento y el sol a esa altitud son letales para tu piel?
Es cierto que gran parte de tu cuerpo estará cubierto por el traje de esquiar o por ropa adecuada para ir a la montaña, pero el rostro, irremediablemente, se queda al descubierto, y si no quieres quemarte (el moreno o rojo con la marca de las gafas está completamente desfasado), debes protegerte adecuadamente.
Cada vez somos más conscientes de los daños que el sol deja en nuestra piel, en forma de arrugas y manchas que provocan envejecimiento prematuro. Pero siempre asociados la necesidad de usar una protección solar con el verano. Un error, ya que en invierno, y sobre todo, en la montaña, el sol es muy perjudicial, incluso más que en verano.
Los niveles de radiación ultravioleta a más de 1.000 metros de altitud aumentan hasta un 10%, es decir el sol resulta más dañino. Además a esto hay que añadir que la nieve refleja un 80% los rayos del sol (frente a un 15% de la arena de la playa). ¿Te has convencido por qué debes utilizar un protector solar alto (50 o más) cuando vayas a esquiar? Pero hay más cuidados que tu piel agradecerá para salir indemne de unos días de vacaciones en la nieve.
Recuerda poner el protector solar en las zonas de tu cuerpo expuestas (normalmente la cara) media hora antes de salir a la nieve, y repetir la aplicación cada dos horas.
El viento, propio del invierno y que puede darse con mayor fuerza cuando estás en la montaña, reseca la piel, así que no olvides hidratar tu rostro. El orden por el día sería: sérum, crema hidratante de cara, contorno de ojos (una zona muy sensible a la deshidratación), y protector solar.
Protege tus labios. La piel fina y sensible de los labios sufre mucho cuando estás en la nieve. El sol, el viento y el frío pueden provocar sequedad y hasta grietas, así que no salgas sin un buen protector labial con filtro solar.
Utiliza unas gafas adecuadas para los ojos. No escatimes y protege tu vista con unas buenas gafas, de ventisca para esquiar o practicar snowboard, o unas gafas con un buen filtro si solo vas de visita.
Hidrata también tu cuerpo. Está cubierto pero el frío penetra la ropa y puede provocar mayor sequedad en tu piel. Así que utiliza también una hidratante corporal, haciendo especial hincapié en las rodillas, en los codos y en los pies.
Y no te olvides de las manos. Si esquías tienes que llevar guantes adecuados, pero aún así no te olvides de hidratar tus manos con una crema rica y nutritiva. Y llévatela para reaplicar cuando necesites.
Los días nublados también necesitas protección solar. En verano te decimos que debes utilizar protector solar aunque esté nublado, en la nieve es lo mismo. La radiación solar pasa las nubes y sigue siendo muy dañina.
Termina tu jornada en la nieve con un buen baño y after sun. Pues sí, el after sun no es solo un producto de verano. Si vas a la nieve, te vendrá muy bien para reparar tu piel. Si no tienes, puedes usar una hidratante corporal.
Y 8 productos para que puedas mimar tu piel si vas a esquiar o a ver la nieve:
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