belleza
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Tienes tu ritmo cotidiano tan asumido que no te has parado a pensar cómo tus rutinas, tus costumbres, tu trabajo e incluso tus hobbies pueden llegar a afectar a tu piel. Pero la mayor parte de las veces ese brote de acné inesperado o esos parches de sequedad repentina en tu rostro tienen su razón de ser en la forma en la que vives tu vida cada día. Te damos soluciones a tres situaciones límite para tu piel.
Te toca levantarte mil veces, ya sea para comprobar que ese llanto nocturno no tiene ninguna importancia o para servir con mucho amor ese vaso de agua a las tres de la mañana.
El peligro para tu piel. Si duermes menos de seis horas, pero, sobre todo, si interrumpes el sueño dos o tres veces cada noche, el proceso natural de regeneración y detoxificación de tu piel se bloquea y no empieza de nuevo hasta que vuelves a dormirte. Y como la capa superficial de células no se renueva y no se drenan las toxinas, notas un hinchazón persistente por las mañanas.
Contrarréstalo con... Fórmulas que aceleren el proceso de regeneración celular con activos que ayuden a la piel a librarse de todas las toxinas, a calmar la inflamación y a hidratar en profundidad.
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Y tu nueva aficción no podría ser más saludables para tu cuerpo. pero para tu piel, esos 10 kilómetros corriendo balo los elementos, pueden producir granitos e imperfecciones.
El peligro para tu piel. El sol, el frío, el viento, la polución son de por sí muy agresivos con tu rostro. Pero además, tu piel tiene que soportar el sudor. Y ese cóctel puede acabar en poros obstruidos y acné.
Contrarréstalo con... Una limpieza profunda cada vez que vuelvas de correr. Y no vale solo plantarse bajo el agua de la ducha. Usa un limpiador con ingredientes nutritivos y activos antipolución que elimine todas las sustancias nocivas que tu rostro se lleva por delante mientras corres. Y ataca los granos con una crema reequilibrante.
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Y te lo pasas de maravilla porque estás en ese momento de tu vida en el que todavía puedes tomar un par de copas, acostarte a las mil, levantarte pronto y resultar productiva. Bien por ti. Pero tu rostro no va a salir bien parado.
El peligro para tu piel. Más allá de la falta de sueño, el alcohol que consumes contiene una ingente cantidad de azúcar que, una vez procesado, se dedica a atacar y debilitar el colágeno y la elastina de la piel en un proceso denominado glicación. Además es un vasodilatador que va a multiplicar tus rojeces. Por no hablar del humo del tabaco. Sus sustancias tóxicas producen radicales libres, los culpables de la oxidación y el envejecimiento de tu piel.
Contrarréstalo con... Una dosis de antioxidantes antes de salir puede frenar la acción nociva de hasta el 90% de los radicales libres. Y si quieres multiplicar el efecto escudo, aplícate antes una esencia con activos protectores.
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