El gran icónico acuático para regalar el Día del Padre

Si hay una característica que define a una persona, que consigue que su recuerdo se quede instalado en nuestra memoria de una forma especial, es su olor. La singularidad de L’Eau d’Issey pour Homme hizo que desde su lanzamiento en 1994 se convirtiese en un perfume de referencia. Un icono de estilo para todos aquellos hombres que han sido seducidos por la fragancia creada por el prestigioso perfumista Jacques Cavallier y que han hecho que se convierta ya en todo un clásico.

El gran nariz francés consiguió una fragancia potente y a la vez fresca, cosa que logró con la audaz mezcla de ingredientes tan dispares como el cilantro, ciprés, mandarina, yuzu, sándalo, bergamota, limón o canela de Ceylán. Fue totalmente innovadora, consiguiendo ese frescor explosivo que caracteriza la fuerza del agua tan preciada por el diseñador Issey Miyake.

Su frasco, diseñado con líneas rectas, muy depuradas, y un tapón metalizado que encaja en el cuerpo de cristal a la perfección, se convierte en un objeto decorativo que imprime carácter en cualquier lugar. L’Eau d’Issey pour Homme es más que un perfume, es un estilo de vida que, con discreción, se ha impuesto como una referencia elegante, única, en el universo de la perfumería masculina. Sin duda, una gran elección que no dejará indiferente al padre que lo reciba como regalo en la celebración de su día.