belleza
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Se lo merece todo. Por eso has decidido recordarle a tu madre que la adoras con una fragancia. Pero no quieres equivocarte. No te preocupes, te proponemos siete formas sensoriales de enfrentarte a los aromas en las que entran en juego las memorias, las sensaciones, los sentimientos, las emociones, las personas, los lugares... Todas las cosas importantes que deberían estar incluidas en cada gota de perfume.
Nada alienta con más brío la apetencia de primavera que un ramillete de flores recién cortadas. Como la luminosa peonía que, en compañía del geranio, engendra el aroma vibrante de Peonia Nobile. O la frescura vegetal de la rosa de vid al amanecer de Rose de Vigne, con sus gotas de rocío mezcladas con notas aciduladas de ruibarbo. O los pétalos crujientes de frescura afrutada y exquisita de La Vie Est Belle Bouquet de Printemps. Sin olvidar el exótico corazón oriental de osmanthus de Boss The Scent.
Puede ser la emocionante sensación de un atardecer dorado en el campo, como el que ha embotellado L´ccitane con su Terre Lumière; o el recuerdo fugaz de un verano feliz, con las olas acariciando los dedos de los pies mientras paseáis juntas por la playa, que es lo que evocan L´Eau D´Issey pour L´Eté y Nuxe Sun. Perfecto para... las que transmiten a sus hijas la importancia del pasado sin dejar de mirar la futuro, como Robin Wright.
Personales e intransferibles, así se sienten estos tres aromas: la sin igual frescura oriental de Coco Mademoiselle tiene sello propio; la intensidad del té negro, en Eau Parfumée Au Thé Noir, imprime carácter; y la dicotomía delicada de la vainilla tahitensis con una nota masculina (la lavanda carla) de Mon Guerlain no deja indiferente a nadie. Perfecto para... madres seguras de sí mismas, que tienen muy claro la vida plena que desean para su prole, como Angelina Jolie.
Del corte y la hechura tiene su traslación al mundo de los aromas. Y las mujeres que saben valorar una prenda bien construida también entienden la arquitectura efímera que contiene un perfume. Así, el preciosismo de los vestidos de Elie Saab se concentra en un acorde de néctar de granada; la elegancia transgresora de Yves Saint Laurent, en un chipre blanco; y el minimalismo sensual de Calvin Klein, concentrado en la frescura del nenúfar y las hojas de grosella.
Un acorde de agua salada pulverizada que se cuela en cada respiración plena de paz y armonía es lo que han captado Eau des Merveilles Bleue y J´Adore in Dior. Light Blue Intense, por su parte, acrecienta la añoranza del Mediterráneo con su combinación de limón luminoso, ámbar y jazmín nocturno.
Los aromas gourmand son como un grito de libertad juvenil. Llenos de audacia, se atreven a invertir las normas con extra de azúcar: como la magdalena que se esconde en Live Irrésistible Délicieuse bajo acentos de almendra, vainilla tostada y flor de azahar; la ternura golosa de Angel Sucrée, con su corazón de sorbete de frutos rojos madurados al sol, que se funde con una nota de merengue; o la manzana caramelizada que habita en el corazón de Mademoiselle Rochas.
Los olores nos trasladan a lugares lejanos con solo una de sus moléculas en suspensión. Tienen la habilidad de llevarnos de vuelta a sitios conocidos y casi olvidados, pero también de sumergirnos en la cultura de destinos en los que todavía no hemos puesto los pies pero sí la imaginación.
Lo consiguen con un arma infalible: la mezcla de notas y acordes fragantes. Escada Fiesta Carioca resume la alegría vital de Brasil en un aire de fruta de la pasión; Tangier Vanille viaja a Marruecos con el abrazo cálido de la vainilla tostada; Sole di Positano se sumerge en las aguas mediterráneas, a la sombra de limoneros y naranjos; y Bonjour Señorita se enamora de La Habana con granizado de mango y agua de coco.