belleza
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Con este tiempo, toca lucir piernas, brazos y escote. Pero, como aún no ha empezado la temporada de piscina y seguramente tampoco hayas podido disfrutar de la playa, salvo que vivas cerca, te verás muy blanca. ¿Tanto como para que te dé apuro ponerte faldas y camisetas de manga larga?
Entonces tienes que utilizar un autobronceador. Olvídate de ese color naranja que dejaban en la piel hace años estos productos de bronceado instantáneo, sin sol. Los autobronceadores actuales, bien utilizados, te aseguran un bronceado gradual, con un color natural, y muy bonito, casi igual que si hubieras pasado unos días al lado del mar.
Una piel bronceada es más atractiva, te hará parecer más delgada, y resulta muy favorecedora para todas. Además, de paso, estarás preparando tu piel para los baños de sol que llegarán muy pronto. Pero para conseguir un tono bronceado uniforme tienes que tener en cuenta estos consejos de los expertos de ST. Tropez.
Exfoliar antes, durante y después. Es importante que exfolies tu piel antes de la primera aplicación, insistiendo, sobre todo en las zonas más rugosas como las rodillas, los codos y los tobillos. La exfoliación te permitirá conseguir una piel limpia, libre de impurezas y células muertas, perfecta para recibir el autobronceador. Cuando empieces a utilizar el autobronceador, deberás exfoliar 1 o 2 veces a la semana para evitar la acumulación de producto. Aquí tienes una selección de exfoliantes.
Hidratar abundantemente. Solo si la piel está perfectamente hidratada, suave y elástica, conseguirás un color dorado homogéneo, natural y luminoso. Para ello debes hidratar antes de usar el autobronceador, insistiendo, particularmente, en muñecas, manos, codos, rodillas, tobillos y pies. La hidratación diaria te permitirá prolongar y mantener el bronceado de tu piel.
Aplicar el autobronceador. Lo mejor es utilizar una manopla o un guante para aplicarlo. Si no te cubres las manos, no te olvides de lavarlas bien después de la aplicación. Extiéndelo de arriba abajo en el cuerpo, y desde dentro hacia fuera, evitando el nacimiento del pelo y las cejas, en el rostro. Y no te dejes ninguna zona. Extiende de forma suave, sin frotar. Lee las instrucciones del producto que elijas, porque algunos recomiendan echarlos por la noche. Y si puedes estar unos minutos sin ponerte la ropa, mejor. Elige el tono que mejor vaya a tu color de piel, si eres muy blanca, no puedes utilizar el más oscuro. Con el más claro irás cogiendo color. Y recuerda que en la cara y en las manos el bronceado dura menos que en el resto del cuerpo, así que si quieres tener el mismo tono, tendrás que reaplicarlo más veces.
¿Te animas a lucir morena desde ya? Aquí tienes una selección de autobronceadores.
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