belleza
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Polución, maquillaje, sudor... La piel acumula sober su superficie todo tipo de impurezas, que crean una película oclusiva que no deja que la piel respire. Para reoxigenarla es necesario librarse de esa suciedad. Los peelings en polvo lo consiguen por la vía más rápida y suave. Y lo mejor es que, como carecen de agua (el medio en el que se desarrollan las bacterias), no requieren ningún tipo de conservantes.
La fórmula en polvo también garantiza una concentración máxima de activos y evita que se diluyan y se pierdan. Los de Galénic contienen cuatro ingredientes con diferentes misiones. Los de Dermalogica, enzimas y alfa-hidroxiácidos. Ambos se mezclan con agua, se aplican con movimientos circulares y se aclaran.
Olvídate de bolitas, granitos y cepillos. Los peelings líquidos se basan en una combinación de ingredientes enzimáticos que aceleran la exfoliación natural de la capa córnea. La intensidad progresiva de Visionnaire Crescendo de Lancome está pensada como un tratamiento de 28 noches (las mismas que tarda la piel en renovarse de forma natural).
Y trabaja en dos fases: una primera de preparación y otra de concentración. Drops of Youth de The Body Shop, por su parte, cuenta con un polímero, el carbomer, sobre una base de aceite de basabú. Al masajearlo, actúa como las bolitas, pero de una forma más delicada.
Están formulados específicamente para pieles sensibles. Porque si tienes un rostro reactivo ya sabes que exfoliar sin cuidado supone enrojecimientos que duran horas, una mayor tendencia a la irritación e incluso una reactivación de la actividad seborreica y el acné. Necesitas fórmulas en gel con mínima fricción y acctivos calmantes.
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