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La piel de bebés y niños está en pleno desarrollo y tiene que aprender a defenderse, porque su función barrera no está aún preparada para hacer frente a todos los peligros que la acechan. "Es mucho más fina, está cubierta por menos vello, la actividad de sus glándulas sudoríparas es limitada, tiene mayor permeabilidad y todavía no se ha formado su manto ácido, así que su pH es neutro y sus mecanismos de defensa todavía no se han puesto en marcha", resume María Gómez, responsable de Marketing de la firma Armonía Natural. Por eso, todo lo que les rodea les resulta mucho más agresivo que a nosotros. En algún momento de su infancia, te va a tocar lidiar con un eritema o una piel ultraseca. ¿Sabes cómo afrontarlo?
Dermatitis del pañal. "La irritativa, la más común, surge por contacto con la orina y las heces del niño", señala Ariadna Ortiz, doctora en Dermatología y directora médica de Pierre Fabré Dermocosmética. "Se produce por un exceso de humedad, acidez y falta de transpiración en la zona del pañal, que da lugar a maceraciones", añade Begoña Zamacois, product manager de Weleda. La solución: cambiar los pañales más a menudo, limpiar con jabones sin detergentes y secar con cuidado, además de aplicar una crema con efecto barrera y cicatrizante para proteger la piel de la humedad.
Costra láctea. Aunque los padres primerizos se asustan mucho cuando descubren que su bebé tiene una placa amarilla adherida al cuero cabelludo, ni es contagiosa ni reviste gravedad. Lo explica la dra. Ariadna Ortiz, de Pierre Fabré: "Esta dermatitis seborreica la produce el hongo malassezia, que forma parte de la flora bacteriana de la piel. Por reacción a desequilibrios del funcionamiento de las glándulas sebáces, se produce una mayor concentración en el cuello cabelludo". La solución: una emulsión suave por la noche y lavar con champú muy suave por la mañana.
Irritaciones y sarpullidos. La piel inmadura de bebés y niños no se defiende bien, pierde agua muy fácilmente y reacciona enseguida a las agresiones externas. Incluso a cosas comunes, como el sudor o la saliva, que por su especial alcalinidad pueden provocar escoceduras. Para solucionarlas, necesitas cremas reparadoras que aceleren la regeneración y mejoren el refuerzo de la barrera cutánea. A eso ayuda el óxido de zinc de Nutraisdin ZN40, pero también la avena Rhealba de la fórmula de Exomega.
Sequedad y descamaciones. A veces, basta una sesión de juego en el parque para que tu hijo vuelva con las piernas resecas y el rostro áspero y descamado. "Como tienen un estrato córneo hasta un 60% más delgado que un adulto, pierden más agua y les cuesta retenerla", explican en Isdin. ¿La solución? "Crema emoliente a diario. Es la forma de mantener la capa hidrolipídica, porque está formulada para nutrir, sellar y retener la humedad", asegura Ariadna Ortiz, directora médica de Pierre Fabré.
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