belleza
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Si hay algo que la obsesión por el contouring ha puesto en evidencia es que nos tomamos muy en serio lo de esculpir nuestro rostro. Pero más allá de fingirlo con trazos de corrector, en los últimos años la industria de la belleza ha centrado sus esfuerzos en recuperar volúmenes y recolocar rasgos que el paso del tiempo ha desconfigurado. Y no ha sido nada fácil.
Si a los 18 años nuestro rostro es un perfecto triángulo invertido, a los 40 esta figura se da la vuelta. Por eso el óvalo facial se convierte en la clave de un rostro de aspecto juvenil: cuando pierde la definición, la angulosidad de las mejillas desaparece y la tensión cutánea de la mandíbula se relaja tanto que se acaba convirtiendo en la base. "La mandíbula se desgasta mucho. Cuando eres muy joven es cuadrada, pero cuando te haces adulta los ángulos se suavizan y redondean", explica Ana Roces, directora médica de Merz Aesthetics.
En su opinión, la flacidez del rostro es una combinación de cuatro factores: "El tejido óseo disminuye; los compartimentos grasos de la cara se reabsorben y tienden a caerse; se produce un descolgamiento de los ligamentos que contienen a estos compartimentos grasos; y, por último, la piel, que es el nivel más exterior, pierde su elasticidad porque los fibroblastos dejan de funcionar correctamente".
La pérdida de firmeza transforma toda la expresión del rostro. A peor, por desgracia. Esa es la verdadera huella del tiempo. Además de perder la forma original, el peso derivado de que estas estructuras estén fuera de lugar hace que aparezcan líneas de expresión que se convierten en arrugas en el tercio inferior de la cara. Eso es lo que sucede con el surco nasogeniano y con las líneas de marioneta que llegan hasta la barbilla. Pero hay muchas mujeres para las que el problema se multiplica por dos cuando aparece el doble mentón. "Puede ser de dos tipos: adiposo, producido por una acumulación de grasa, o edematoso, por una retención de líquido", explica Laia Puig, responsable de Formación y Cosmética en LPG. "En ambos casos, el peso tira del óvalo facial hacia abajo".
Hace unos años, el caballo de batalla de la investigación cosmética eran las arrugas. Pero el arsenal de sérums y cremas antiedad de nueva generación han conseguido domesticarlas. "Las arrugas están directamente relacionadas con la hidratación y la nutrición de la capa superfi cial de la piel. Pero la fi rmeza depende del mantenimiento de la dermis", explica Rosario Mohedado, directora de Formación de Shiseido. El problema es que la dermis es la capa más profunda y es difícil que los activos lleguen tan lejos.
Pero los nuevos cosméticos consiguen llegar a mayor profundidad porque parte de sus activos trabajan en la dermis. "Ahora, una crema puede incrementar la actividad y la reproducción de los fi - broblastos, por lo que se puede generar colágeno, elastina y ácido hialurónico en mayor cantidad", explica Rosario Mohedano, de Shiseido. Pero para conseguir resultados hay que ser constante.
Si no quieres esperar tanto, tenemos buenas noticias. Lo que antes solo podía arreglar el bisturí, ahora también se puede solucionar con tratamientos estéticos no invasivos.
Ultherapy, un lifting sin cirugía Jennifer Aniston asegura que es su secreto para parecer una veinteañera a los 48. Este lifting no invasivo se basa en ultrasonidos de alta intensidad que sobrecalientan la piel a niveles profundos. Con ellos se consigue la estimulación de la producción de colágeno y elastina, una retracción de la piel y una elevación de los rasgos, y una remodelación del rostro. Los efectos pueden durar un año y solo requiere una sesión de 90 minutos que cuesta 1.500 € (www.ultherapy.es).
Endermologie de LPG, un masaje mecánico remodelante Sus cabezales amasadores ejercen micropulsaciones sobre toda la superfi cie de la piel. Su efecto lifting inmediato y duradero es como una sesión de fi tness cutáneo, que reactiva en profundidad y de forma natural la producción de las fi - bras de sostén indispensables: colágeno, elastina y ácido hialurónico. Se requieren como mínimo 12 sesiones de 30 minutos. Cada una cuesta 60 € (www. lpgsystems.es).