Superalimentos, 'must have' para tu piel

Aquí te explicamos las virtudes de estos 14 deliciosos aliados cosméticos con los que puedes alimentar tu piel desde el exterior:

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   Açai: Fruto exótico de color morado procedente de Brasil, es un cóctel singular de vitaminas y minerales con un poder revitalizante utilizado en cosmética para proporcionar luminosidad y calmar la piel sensible o dañada.

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   Aguacate: Conocido también como  palta, es una fruta con propiedades muy interesantes para la piel. Contiene vitamina E con alto poder antioxidante. Los antioxidantes frenan la acción de los radicales libres y previenen el envejecimiento; y vitamina C, también antioxidante e influye en el transporte del hierro, su absorción y mejora la oxigenación de la sangre.

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   Arándanos: Debido a su concentración de ácido elágico, sirve para prevenir el daño causado por los rayos solares. Poderoso antioxidante y revitalizador, se emplea en la elaboración de productos cosméticos anti edad, logrando un efecto regenerador, nutritivo, anti arrugas y protector.

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   Bayas de Goji: Extraordinariamente rico en nutrientes: contiene 21 oligoelementos, 18 aminoácidos, 4 veces más vitamina C que el kiwi o la naranja y más betacarotenos que las zanahorias. Incluido en tratamientos energizantes y revitalizantes, resuelve el aspecto de la piel fatigada y apagada y arrugada.

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   Chía: Sus semillas son una de las mayores fuentes vegetales de omega 3, un ácido graso esencial para el organismo por sus propiedades antiinflamatorias. Se suele incluir en tratamientos destinados a la piel seca o madura, porque le aporta mucha nutrición e hidratación y alisa las líneas de expresión.

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   Cúrcuma: Hierba aromática con cualidades astringentes, exfoliantes, antisépticas, antioxidantes y antiinflamatorias. Ideal para tratar las pieles grasas, combate el acné y las espinillas. Además, combate los efectos de los radicales libres.

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   Espinaca: Esta hortaliza de hoja carnosa es rica en antioxidantes y vitaminas (vitamina A, C, E, K y B2), ácido fólico y minerales (hierro, magnesio y zinq). La vitamina K  participa en las funciones esenciales para la coagulación de la sangre y en el mantenimiento y formación de los huesos; por lo que otorga fuerza y vitalidad a la piel y gracias a su contenido en vitamina B2 o riboflavina, la llena de energía. Adecuada en pieles apagadas y sin tono.

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   Granada: El aceite extraído de sus semillas son ricos en ácidos grasos, fitoesteroles y vitamina E. Tienen una potente acción antirradicales libres, antiinflamatoria y ralentiza el envejecimiento. Su efecto de lifting natural lo realiza su componente de ácido elágico, que estimula la síntesis de colágeno e inhibe la proteína que lo destruye, por lo que ayuda a que la piel esté más tersa.

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   Matcha: Un tipo de té verde molido que está repleto de antioxidantes como el EGCG (Epigallocatechin gallate), un polifenol con propiedades para combatir el acné debido a la capacidad de reducir la elaboración de sebo en la piel. Protege la piel contra los dañinos rayos UV que aceleran el envejecimiento precoz. Su contenido en L-Teanina, un aminoácido con propiedades estimulantes de efecto calmante que aporta energía al organismo que estimula y rejuvenece las células de la piel.

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    Miel: Junto a otros componentes de la colmena, como la jalea real y el propóleo, forman parte de muchos productos de belleza. La miel es usada para mantener la hidratación y tiene efectos suavizantes. Jalea Real: este compuesto está conformado por miel, néctar y agua que recogen del exterior, mezclado con saliva, hormonas de las abejas, contiene vitaminas B1, B2, B6, B5 (en gran cantidad), B8, E y PP, y ácido fólico en su interior. Supera en cualidades a la miel y se usa para regenerar las pieles envejecidas. Propóleo: gran aliado para las pieles con problemas como el acné, hongos, bacterias y diferentes afecciones que afectan normalmente a las capas más externas de la piel, ayuda a curarlas rápidamente y protegerlas del exterior.

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    Moringa: Sus hojas son antisépticas, tanto que en África sirven para purificar el agua. Y esta virtud sirve cosméticamente para frenar la acción de los radicales libres. Suele encontrarse como ingrediente de champús y desmaquillantes para piel grasa y también en tratamientos que buscan paliar los efectos de la polución.

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    Quinoa: Técnicamente, se trata de la semilla de una hierba, aunque se considera como grano. Pertenece a la familia de las quenopodiáceas (como las espinacas) pero se compara con los cereales por su composición y su forma de ingerir. Rica en proteínas y, por tanto, en aminoácidos, como arginina, lisina y cistina, ayuda a realizar una limpieza de piel profunda pero suave y a mitigar los daños causados en la estructura del cabello, mejorando así su fuerza.

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    Setas: Shiitake, reishi o maitake, son las elegidas por su poder despigmentante. El ácido kójico que contienen ayuda a atenuar el color de las manchas y aporta luminosidad a la piel. Además, no resultan agresivas, porque sus betaglucanos tienen una acción calmante sobre la piel.

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    Soja: Esta legumbre originaria de China y Japón, ejerce varias funciones sobre la piel. Las más importantes son que retiene la hidratación de la piel, evitando así tener un rostro más seco, tiene efectos antioxidantes, previniendo de la acción de los radicales libres, y estimula la creación de colágeno.