Son tus armas para combatir en una lucha que no cesa. Por si te sientes intimidada por la amplísima variedad de limpiadores y desmaquillantes del mercado, vamos a analizar los principales. Para que elijas con conocimiento de causa.
1. Aceites, poderosos y sensibles:
Son capaces de disolver cualquier cosa, desde un rouge mate a un eyeliner waterproof. Pueden con todo, mientras mantienen tu piel calmada y nutrida. Pero solo si en su fórmula no incluyen parafinas y aceites minerales, porque esta grasa inerte es muy oclusiva e incluso puede agravar el acné.
2. Leche, la fórmula todoterreno:
Son para todo tipo de pieles. Aunque si su textura es muy ligera, puede que no tengan fuerza suficiente para acabar con maquillajes intensos. Y si tienes que pasar el algodón más veces, acabas irritando la piel. Pero te vale si eres de las fans del no makeup.
3. Espuma, para objetivos muy concretos:
Aunque parezcan jabones, están formuladas sin sulfatos, tensioactivos ni detergentes agresivos. Contienen bases limpiadoras ultrasuaves de origen natural y son ideales para las pieles normales y grasas. En general, pueden con los maquillajes, además de realizar una limpieza profunda. Pero si notas la piel tirante después de usarla, está claro que no es para ti.
4. Bisáficos, pensados para los ojos:
El problema con este producto es que contiene siliconas en su fórmula que se pueden quedar suspendidas sobre la superficie de la piel y crear una barrera que no permita penetrar a los activos de tus cremas. Eso sí, no se ha inventado nada mejor para acabar con una máscara waterproof en cuestión de segundos y sin frotar. Por eso es recomendable nada más para zonas localizadas, no para todo el rostro.
5. Crema, un plus de nutrición:
Formulada para pieles secas y deshidratadas, su textura incluye activos emolientes e hidratantes para evitar las agresiones en la limpieza, pero sin dejar de arrastrar la suciedad y absorber impurezas de dentro de los poros. Pueden con un maquillaje medio sin problemas.
6. Polvos, efecto peeling:
Los tienes que mezclar con agua, aunque también puedes añadirlos a una leche o a un bálsamo para reducir la fricción que van a hacer sobre la piel. Están pensados como un extra para tu rutina de limpieza un par de veces a la semana, así que no cuentes con ellos para labores de desmaquillado profundo.
7. Agua micelar, imprescindible:
Es el invento del siglo: unas moléculas,las micelas, que funcionan como un imán para atrapar las partículas de suciedad. Eso sí, su efi cacia está muy limitada cuando se trata de maquillajes potentes que requieren componentes grasos para disolverse.
8. Gel micelar, una multitarea ejemplar:
En realidad funciona igual que el agua, pero su consistencia gelifi cada facilita mucho el trabajo y tiene un efecto calmante. De hecho, esta pensado para pieles sensibles que se irritan con facilidad.
9. Gel purificante, solo para pieles grasas:
Las sensibles y las secas es mejor que se abstengan de usar este limpiador formulado para pieles con acné. Están hechos con activos purifi cantes para limpiar el exceso de sebo, pero no para desmaquillar.
10. Bálsamo, trabajo con máximo cuidado:
Estas fórmulas contienen aceites y emolientes de alta densidad en formato sólido y se desarrollan a pleno rendimiento para desmaquillados profundos. Se usan masajeando sobre el rostro con movimientos circulares.
11. Toallitas, casos puntuales:
Son perfectas para llevártelas de viaje, para solucionar la limpieza de madrugada o para momentos contados. Pero no puedes convertirlas en tu limpiador de cabecera porque su textura resulta abrasiva y puede acentuar la sensibilidad cutánea.
1. ¿Limpieza y desmaquillado son lo mismo?
No. Y necesitas armas distintas si te maquillas todos los días que si simplemente te aplicas tus cremas y sales a la calle tal cual. La limpieza se centra en un rostro, que ha ido acumulando partículas de suciedad a lo largo del día. Y el desmaquillado implica deshacerte de base, máscara de pestañas, barra de labios… En este caso necesitas herramientas más potentes.
2. ¿Me puedo saltar el tónico?
Lo puedes hacer, pero entonces te estarías perdiendo un equilibrio del pH de la piel muy necesario después de hacerla pasar por el proceso agresivo de la limpieza. Y es un repaso final para acabar con los residuos grasos que sigan adheridos a ella si te has desmaquillado con bálsamos o aceites.
3. ¿Es necesaria la doble limpieza?
Necesaria no es, pero sí recomendable. Sobre todo, si vives en una ciudad con niveles altos de contaminación y te tomas muy en serio el maquillaje. Se trata de una importación asiática, que primero masajea el rostro con aceites desmaquillantes, aclara y da una segunda pasada con agua micelar o espuma.
20 de enero-18 de febrero
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