belleza
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Tiene la culpa del 80% del envejecimiento de tu rostro. De hecho, si no fuera por ese sol que todavía te empeñas en tomar, todo el mundo te echaría hasta 10 años menos. 'Lo que conocemos como fotoenvejecimiento es un proceso que empieza siempre con la radiación solar', explica la doctora Aurora Garre, Medical Marketing Manager de los laboratorios ISDIN. 'Los rayos UV inciden sobre nuestra dermis y provocan daños y modificaciones en aquellos componentes que soportan nuestra piel, como el colágeno (firmeza), la elastina (elasticidad) y los proteoglicanos (tersura e hidratación). Estos cambios hacen que pierda firmeza y que se hunda, y eso da lugar a las arrugas'.
La clave para evitarlo la tienes delante de ti. Está en ese bote de fotoprotector que acabas de comprarte. Porque tu piel tiene otros enemigos silenciosos en verano y e importante identificarlos. Y aunque no todos los solares son iguales, sñi es cierto que en los últimos tiempos muchos han incorporado avances tencológicos que tienen en cuenta muchas más cosas que los rayos UV.
Señala el índice de protección de los rayos UVB y calcula el tiempo que tu tipo de piel tarda en quemarse para darte un escudo que multiplica esa cantidad de minutos por el número que indica (50 en este caso).
Hace referencia a su textura y a un acabado de toque seco. La densidad de las fórmulas de fotoprotección ha mejorado mucho en los últimos años. Ahora se convierten en ligeros velos sobre tu piel que no dejan ese acabado graso de otros tiempos. ¿Lo mejor de todo? La protección es igual de buena.
Son los rayos más nocivos. A los UVB les debes las quemaduras y el cáncer de piel (dañan y modifican el ADN de las células). Los UVA (que también queman) tienen la culpa del envejecimiento prematuro.
Las protecciones de amplio espectro también tienen en cuenta lo que se conoce como luz visible. Se la denomina HE en la etiqueta y consiste, precisamente, en esos rayos qu sí se perciben. LO malo es que este tipo de luz produce quemaduras (auqnue no tan dañinas como las que provocan los rayos UVA). la ( HE: produce quemaduras) y la infrarroja ( IR: con efecto térmico dañino en las capas más profundas de la piel).
Aunque estos no los veamos, forman parte del espectro de la luz y tienen la característica de aportar calor. El problema es que este efecto térmico penetra en las capas profundas en la piel y resulta muy dañino. Si tu crema solar te protege de los infrarrojos, verás que aparece la nomenclatura IR-A en la etiqueta.
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