belleza
belleza
Hay algo muy curioso en la evolución de los pies. Mientras que no hay nada más bonito, tierno ni apetecible que los pies de un bebé, los de los adultos caen más bien en el lado contrario del espectro. Hay pocas zonas del cuerpo más horrendas que unos pies mal cuidados. Afortunadamente, dosis regulares de pedicura y algunos truquitos como los aquí mencionados ayudan, y mucho, a transformar los pinreles en áreas de alta seducción.
A estas alturas no le vamos a explicar a nadie que la vida es injusta, y las durezas de los pies no son una excepción. Hay seres humanos que tienen toda su vida la piel de un bebé de tobillo hacia abajo y otros se la pasan lima en mano desde adolescentes. En el último caso, sólo hay una solución: limar e hidratar. Lo primero es importante. Lo segundo, ¡esencial!
Ojo con las limas de metal: son demasiado agresivas y producen un efecto rebote. Es mejor usar una clásica lima de pala o las limas de pies mecánicas. Estas últimas son muy cómodas, aunque es verdad que gastan pilas como si no hubiera un mañana.
No solo la planta puede parecer hecha de cartón piedra y raspar más que una lija: en los dedos también aparecen zonas engrosadas. Estas se eliminan con una lima de uñas (pero no de las que se usan para acrílico, por favor, esas son demasiado agresivas). Úsalas con cuidado para retirar la parte más gruesa de la dureza.
De la misma forma que la piel del contorno de los ojos es la más fina del cuerpo, la de los pies es la más gruesa. La razón es obvia: en esta zona creamos capas y capas de piel para protegernos del roce, sea contra el suelo o los zapatos. Y ahí nacen las durezas… Y de la misma forma que es mejor usar una crema específica para el contorno de los ojos, precisamente porque es distinta al resto, cuando de pies se trata, ¡lo mismo sucede! Si queremos hidratar de verdad, pero de verdad de la buena, esas zonas de piel engrosada, necesitamos cremas que contengan activos como la urea, capaces de penetrar en profundidad. Por eso, aplicarte tu crema de cuerpo en los pies no es malo, pero tampoco demasiado eficaz si realmente tienes durezas.
Lo de irse a dormir con calcetines tras embadurnar los pies de crema es una recomendación que, de puro repetida, suena inútil. No, no lo es. Pero, ¿quieres duplicar su eficacia? Envuelve los pies primero en una bolsa de plástico (para esto, son estupendas las de la frutería del super) y luego ponte los calcetines. Eso sí, es una sauna y hay mejores planes para sentir los pies fresquitos. Otra opción es no dejarlos así la noche entera, para evitarse sofocos, y hacerlo a modo de mascarilla durante tu próxima sesión compulsiva de Netflix.
No lleves las uñas siempre maquilladas: de vez en cuando, les viene bien un poco de libertad. Y si notas una mancha que no se va, una zona descolorida, un área donde la uña parece abrirse… Deja de esmaltarla para taparlo y vete ¡ya mismo! al podólogo para ver si es un hongo. Porque los hongos son pesados, insistentes, cabezotas y realmente complicados de eliminar, así que cuanto antes te enfrentes a ellos, ¡mejor!
- Viva el color de los pies: 10 esmalts de verano
- Presume de pies con estos 5 pasos
- Placeres culpables de la belleza: pies de bebé a costa de despellejarse viva. Literalmente