Cinco tratamientos sin cirugía que te cambiarán la cara

Un poquito por aquí, un poquito por allá… En ocasiones, los pequeños retoques son los más agradecidos. Si hace tiempo que le das vuelta a la idea de rejuvenecer o hacerte algún arreglillo, pero no te atreves con un lifting, prueba con algunos tratamientos alternativos al bisturí con los que no necesitarás pedir días libres en el trabajo. Elige en función de tus necesidades; nosotras destacamos algunas de las técnicas que mejores resultados ofrecen.

El contorno de ojos es una zona hiperdelicada, porque apenas tiene glándulas sebáceas y porque la piel es extrafina. ¿Consecuencias? Sufre enseguida los signos de la edad, en forma de párpado superior caído, ojeras y patas de gallo, algo que puede minimizarse considerablemente con la aparatología adecuada. Eyelid Removal es una técnica que produce plasma y elimina la laxitud de la zona, disminuyendo las bolsas y las arrugas y mejorando visiblemente la retención de líquidos del contorno de ojos (en InstitutoMaribel Yébenew; se requieren de una a tres sesiones de hora y media).

A medida que nos hacemos mayores, la piel se vuelve más fina y áspera, por la falta de colágeno y elastina y por las dificultades para retener agua. Como este es un proceso inevitable, conviene adelantarse y ponerse manos a la obra antes de cumplir los 40. La mesoterapia con vitaminas es ideal para cuidar estas pieles secas y regenerarlas, y da muy buenos resultados en cara, cuello, escote (en Mira + Cueto; los efectos duran unos seis meses y la pauta es acudir al especialista dos veces al año).

Si te ha gustado tomar el sol o no has tenido las precauciones suficientes a la hora de exponerte a los rayos, lo más probable es que tengas pigmentación irregular del cutis. Además de afear, el fotoenvejecimiento echa años encima. La buena noticia es que eliminar los léntigos solares es posible. El láser Q-Switched actúa sobre las manchas, produce una quemadura controlada que forma una costra que se cae a los 10 días y que deja una coloración rosa antes de uniformarse con el resto de la piel del cutis (en Clínica de la Fuente; de dos a cuatro sesiones, separadas entre sí de tres a cuatro semanas).

No nos engañemos, para crear volúmenes con el contouring y no provocar la risa hay que ser una artista… o una maquilladora profesional. Si lo que buscas es evitar el hundimiento de las mejillas y, de paso, borrar las líneas de expresión y minimizar arrugas, déjate de efectos especiales. La pérdida de turgencia de esa zona, el reposicionamiento de volúmenes y un cierto “planchado” puede conseguirse con infiltraciones combinadas de bótox y ácido hialurónico (en Mira + Cueto; tras la sesión, de 15 a 20 minutos, los resultados son inmediatos, aunque tardan un par de días en asentarse del todo, y los resultados duran unos seis meses).

Afilada, respingona, aguileña… es uno de los rasgos que más definen un rostro, aunque con los años va cambiando, crece la punta y se hace más grande, para nuestra desgracia. Si no estás conforme con ella, quizá no tengas acudir a una intervención tan drástica como la de la reina Letizia. La rinomodelación sin cirugía puede procurarte el cambio que buscas. Consiste en la infiltración de material de relleno reabsorbible (ácido hialurónico o hidroxipatita cálcica) para corregir pequeñas imperfecciones, como un puente hundido, levantar la punta o mejorar estéticamente un pequeño caballete o leves asimetrías (en IM Clinic; los resultados suelen durar entre uno y dos años).

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