belleza
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¿Quién no aborrece cuando las uñas se rompen con facilidad? Son muchas las razones que pueden contribuir a que estén demasiado frágiles: genética, alimentación, un exceso de quitaesmalte, los peligros de la manicura semipermanente… Hay muchos factores que pueden poner en peligro la integridad de las uñas: estos trucos les aportan fuerza.
Las uñas, a pesar de lo fuertes que parecen, absorben el agua, y esto hace que se debiliten los enlaces de la queratina de la que están compuestas. De ahí que convenga usar guantes para tareas que exijan sumergirlas o un contacto prolongado con el agua.
Una vez por semana, prepara una mezcla de aceite de oliva tibio con un poco de zumo de limón y sumerge las uñas al menos diez minutos en ello. Luego, masajea el producto en uñas y cutículas, trabajando sobre todo la base.
Manicura de manos. /
Al tener menos superficie fuera del lecho de la uña, se reduce el riesgo de rotura.
Deja las limas de grano grueso para los pies o para las profesionales, que las necesitan para las uñas acrílicas. Y, por supuesto, lima siempre en la misma dirección. Esto ayuda a evitar roturas y preserva mejor su integridad.
Se aplican en torno a la cutícula, y las mantiene más nutridas (y con ello, con menor posibilidad de padrastros), mejorando la fortaleza de la uña desde el nacimiento.
Las uñas necesitan mimos en forma de cremas y/o aceites, que les aportan flexibilidad y resistencia. Pues, como hemos dicho, a pesar de su aparente dureza son capaces de absorber el agua - ¡y los activos hidratantes de cremas y aceites!
Al actuar sobre las uñas que están formándose, se tardan de 6 a 8 semanas en ver los primeros efectos, cuando comienza a apreciarse una mejora de la dureza y en el crecimiento. Activos como la biotina logran mejorar, y de forma muy notable, la fortaleza de las uñas, pero… lo dicho, ¡hace falta paciencia!
Ya explicamos que las manicuras de gel, tan prácticas ellas, pueden ser un deporte de alto riesgo para las uñas. No sólo por las fórmulas usadas, sino sobre todo por el sistema de retirado con acetona. Si tus uñas tienden más a ser delicadas como el papel de seda que fuertes como el cartón de embalar, olvídate de este tratamiento: decididamente, no es para ti.
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