La normativa establece que la fecha de caducidad o fecha de duración mínima en los cosméticos únicamente se indica en aquellos en los que esta no excede los 30 meses desde su fabricación. Sin embargo, una vez que su contenido ha estado en contacto con el aire tienes que fijarte en el PAO, que es el pictograma que hay en todos los productos, simbolizado con un tarro abierto con un número dentro de él. Este indica los meses durante los que el fabricante garantiza el buen estado de la fórmula. Una vez transcurrido este tiempo, te tocará tirar el producto, sin excusas. Sin embargo, los cosméticos no son los únicos productos del neceser de belleza que hay que jubilar. Maquillaje, cepillos y peines, esponjas, brochas… también tienen una vida caduca.

Fórmulas fluidas

Una crema puede durar en buen estado, sin abrir, años. Eso sí, siempre que esté guardada en condiciones de almacenamiento previsibles: lugar seco, oscuro y en el que la temperatura no fluctúe demasiado. Una vez abierto el bote o tarro, las cremas, los sérums, los desmaquillantes y las mascarillas tienen una durabilidad de seis meses a un año.

Protectores solares

Son los cosméticos con los que hay que tener más cuidado y estar muy segura de no usar el mismo producto dos veranos seguidos. El motivo: con el tiempo pierden su eficacia y no puedan garantizar una protección homogénea frente a los diferentes tipos de rayos UV; hecho que pone en riesgo la salud. Así que te tocará cambiar las cremas solares cada año y los aceites cada 18 meses. Además, es imprescindible tomar alguna serie de medidas durante su uso: evitar exponerlos directamente al sol y a temperaturas extremas, tanto muy frías como muy altas.

Maquillaje

· Las bases de maquillaje pueden durar, sin problemas, hasta dieciocho meses, siempre que tengan un aplicador que haga que los dedos no estén en contacto con la fórmula. · Las máscaras de pestañas envejecen más pronto, debido del aire que entra al bombear el cepillo, ya que este seca la fórmula. Por tanto, suele ser necesario reemplazarla cada seis meses. · Las barras de labios suele tener una vida muy larga. ¿Cuándo hay que deshacerse de ella? Cuando veas que comienza a oler raro. · Los brillos de labios es más sensible y normalmente hay que tirarlo al año de haberlo adquirido. · Las sombras de ojos y demás maquillaje en polvo pueden llegar dignamente hasta los dos años. El truco para que así sea es aplicarlos siempre con un pincel o brocha, respectivamente, ya que si lo hacemos con los dedos contaminamos la fórmula, haciendo que muera antes.

Pinceles y brochas

Los profesionales advierten que hay que lavarlos cada vez que se utilicen y así no acumularán bacterias que después pueden pasar tanto a la piel como al maquillaje. Sin embargo la realidad es otra; así que al menos d eberías repasar, los utensilios tras su uso con un tisú y un spray limpiador desinfectante. Luego hay que hacer una l impieza más a fondo una vez a la semana o cada diez días. Para ello debes introducir las brochas y pinceles durante 15-20 minutos en un bol con agua tibia y un poco de jabón neutro o champú; aclararlos sin frotar; retirar el exceso de agua con una toalla (también sin frotar), y dejarlos secar al aire, sin usar secador. Así te durarán años, aunque las primeras que tendrás que empezar a cambiar serán las de precisión.

Esponja de maquillaje

Hay que evitar guardarla en un ambiente cerrado húmedo, ya que este se convierte en un campo de cultivo para las bacterias. También es importante que la laves correctamente: con agua templada y un poco de jabón neutro y secándolas luego en un ambiente abierto y limpio. Aún así, te tocará sustituirla dos veces al año.

Rizador de pestañas

Esta herramienta suele tener una vida de un máximo de dos años; siempre y cuando lo limpies después de cada uso con un algodón impregnado en desmaquillante y le cambies la goma a los tres meses (si lo usas con frecuencia) o pasados los diez (si no lo utilizas muy a menudo). El hecho de cambiarle la goma evitará que se haga una hendidura en ella, lo que podría provocar que te dañase las pestañas.

Peines y cepillos

Ambos tienen una vida útil de un año, ya que durante este tiempo las cerdas se van quemando y acumulan muchos ácaros. Durante este periodo debes limpiar los cepillos una vez a la semana, utilizando un peine para quitar el cabello que pueda quedar en ellos. También hay que realizar una limpieza más profunda una vez al mes, sumergiéndolos en agua con un chorro de alcohol para desinfectar y dejándolo secar al aire libre.

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