belleza
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¿Rostro muy alargado? ¿Quizás una raíz del cabello que nace muy atrás? Es cierto que una frente amplia estiliza el rostro, pero aunque inicialmente sea favorecedora, a veces toma demasiado protagonismo. Un poco de astucia a la hora de arreglar cabello y maquillaje es el truco perfecto para compensar.
El truco más obvio es el flequillo. Sea corto a modo de baby bangs o extra largo, rozando los ojos, el flequillo corta visualmente el volumen de la frente y resulta muy favorecedor.
A la hora de apostar por este estilo, es importantísimo acudir a un buen peluquero que sepa no solo cortar el flequillo al momento, sino que también sepa programar cómo va a ir creciendo en el futuro y que además le dé la forma más favorecedora. (Spoiler: deflecado si es un flequillo corto o ligeramente más corto en el centro y luego ligeramente descendente si hablamos de uno largo).
Eso sí, quien avisa no engaña: un buen flequillo requiere retoques regulares, cada 3 a 4 semanas, para estar siempre impecable (y no acabar resoplando cual caballo relinchón para quitarlo de los ojos…)
La segunda estrategia capilar más obvia es la raya tumbada. ¿La ventaja? Se puede tumbar tanto y dejarla tan ladeada como para que quede casi horizontal. Y, además, ahora está de plena actualidad y se hace y deshace con tan solo un golpe de peine.
El volumen también ayuda: cuanto más espectacular sea el cuerpo que tenga la melena, especialmente en los laterales, más equilibrado se verá el conjunto.
¿Un truco de quita y pon? Sin duda, los complementos. Gorras y gorros, claro está, pero sobre todo bandanas y las diademas, que se encuentran viviendo un resurgimiento inédito.
Pero no solo el pelo puede ser un buen aliado: el maquillaje también ayuda, ¡y mucho! El primer paso se encuentra en las cejas: peinarlas hacia arriba, extenderlas ligeramente y potenciar su verticalidady darles un toque de lápiz o de sombra para potenciar su color es el primer paso para cortar el espacio entre los ojos y la raíz del pelo.
El contouring también puede ser un buen aliado, aunque es importante que esté (muy) bien hecho: un toque en un tono más oscuro junto a la raíz superior del cabello e incluso en la mandíbula ayuda a que el rostro parezca más redondo y da más fuerza a la mirada.
¿Otro punto a tener en cuenta? Los brillos. Un toque de polvos traslúcidos, un primer o prebase matificante o incluso unos papeles matificantes (comodísimos para retoques a lo largo del día) son importantes para tener esos reflejos inoportunos de la frente bajo control. Pues además de ser una zona de por si grasa –y, con ello, con tendencia a brillar– tiene una forma convexa que puede potenciarlos, más aún cuando hace calor.
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