Empieza la primera etapa de la operación bikini , la que sube el largo de la falda e invita a ponerse los pantalones de ciclista que arrasan esta temporada. Para los shorts aún quedan unas semanas, pero no conviene dormirse en los laureles si quieres lucir piernas. De hecho, ya vas justa. Seguramente no te habrás preocupado mucho del estado de tus extremidades inferiores hasta este momento, justamente porque las llevabas tapadas, pero de ahora en adelante, sea invierno o verano, sigue los consejos que te vamos a dar y evitarás pegarte el susto en primavera cuando empieces a ver pequeñas arañas rojizas en esta parte de tu anatomía.
Lo primero que tienes que saber es que esas antiestéticas venitas de las piernas son inflamaciones que se producen por una alteración en el sistema vascular que afecta el retorno venoso y que tú puedes estar provocando sin saberlo. Si es cosa de herencia genética tal vez tengas que pasar por algún tratamiento quirúrgico, pero si no es así (e incluso en ese caso), puedes evitar que aparezcan o empeoren. Te contamos cómo hacerlo, y esta vez no tienes excusa para seguir nuestras indicaciones, porque son tan fáciles que lo que te costará será no ponerlas en práctica.
A solas o en compañía, eso ya lo dejamos a tu criterio, pero tendrás que armarte de valor para concluir la ducha diaria con un chorro de agua fría en sentido ascendente. Merece la pena, porque es una magnífica forma de estimular el riego sanguíneo y descongestionar las piernas.
Los ultraprocesados están repletos de sal, así que elimínalos y minimiza también este condimento en tus comidas para evitar retener líquidos y sentir pesadez en la piernas. Elige alimentos ricos en flavonoides, que favorecen el retorno venoso, en fibra, porque facilitan el drenaje.
Ya se sabe, beber dos litros de agua diarios es bueno para todo, y también para esta parte de la anatomía, pues contribuye a activar la circulación.
La falta de ejercicio agrava el problema circulatorio, así que muévete. A poco que te esmeres (40 minutos al día de caminata o natación serán suficientes) y seas constante, además, conseguirás tonificar tus piernas. ¡Un dos por uno! Y, si quieres, te puedes poner unas medias de compresión cuando entrenes para evitar los acúmulos de sangre en las venas dilatadas.
Estar horas y horas de pie es tan malo como estar horas y horas sentada. En el primer caso, da paseos de vez en cuando y en el segundo, hazte con un reposapiés que las mantenga un poco elevadas cuando estés frente al ordenador y haz extensiones y flexiones de pies cada cierto tiempo. Y, por cierto, olvídate para siempre del cruce de piernas.
No son buenos para nada, y para las varices tampoco. Veamos: el alcohol aumenta el ritmo cardíaco y la presión arterial, la nicotina daña la pared de las arterias y el café produce un efecto vasoconscrictor. ¡Fatal!
Si has cogido unos kilos de más, empieza a perderlos, porque esto incrementa la presión sobre las venas y favorece la aparición de las arañas vasculares.
La ropa ajustada dificulta el retorno venoso. ¡No estrangules las venas de tus piernas por lucir un vaquero ceñido!
No conviene que estés expuesta demasiado al sol ni que permanezcas mucho tiempo en una habitación con una temperatura elevada o que cubras esta parte de tu anatomía con una manta eléctrica porque esto provoca que las venas se dilaten. Y, lo sentimos, la sauna tampoco es lo mejor…
Al llegar a casa, dales todos los cuidados que se merecen. Túmbate, date un masaje empezando por los pies y coloca las piernas un poco elevadas (por encima del corazón) para ejercitar el buen funcionamiento de las venas.
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