Dentro de nada cambiaremos los jerséis de cuello vuelto por los tirantes y nos daremos cuenta de que durante el invierno hemos pasado de nuestro escote olímpicamente. Vale, no había que enseñarlo, pero sí cuidarlo para cuando llegue el momento de la exposición, porque esta zona tan frágil requiere cuidados todo el año, ya que apenas tiene grasa, lo que favorece la aparición de arrugas y flacidez. Si has tenido abandonada tu delantera, y ahora quieres que luzca como la de Cristina Pedroche, empieza a tómatelo en serio, porque tener un busto bonito no depende tanto del volumen sino más bien del estado de los tejidos. Conservar la piel y los músculos de esta zona en buen estado solo requiere dedicación y seguir esta sencilla rutina:

Hidrátala a diario

La elasticidad en esta zona es imprescindible para evitar su envejecimiento. Conviene usar cremas emolientes y ricas en ácido hialurónico para mantener esta piel con un grado de hidratación alto.

Exfolia una vez a la semana

No importa que durante algunos meses el escote quede a resguardo. Durante todo el año pon en práctica la buena costumbre de usar un exfoliante suave para ayudar a la regeneración celular de la piel.

Estimula la vascularización de la zona

Puedes mejorar la circulación de esta zona y tonificarla con un sencillo gesto, solo necesitas terminar la ducha diaria con un chorro de agua fría aplicado en forma circular.

Nunca salgas sin protección

Seguramente, en cuanto ves los primeros rayos de sol, desempolvas las blusas más escotadas, pero no te acuerdas de aplicarte fotoprotección de índice alto en el escote. Pues hay que hacerlo siempre, como si fuera la cara, porque la radiación es la causante de esas arrugas finas, de las manchas y, en ocasiones, también de los puntos rubí (capilares dilatados).

Mantén una dieta saludable y no osciles de peso

Los cambios bruscos en la balanza, aparte de favorecer la caída de los pechos, suelen ser los responsables de las antiestéticas estrías en el escote.

Vigila tu postura

No se trata de ir tiesa como un palo, pero sí de mantener la espalda erguida, tanto cuando caminas como cuando estás sentada frente al ordenador, que siempre hay tendencia a encorvarse. Y, por cierto, evita llevar mucho peso.

Duerme con seguridad

Si tienes un pecho voluminoso y te gusta dormir de lado, se recomienda acostarse con sujetadores específicamente diseñados para la noche, que evitan que se formen arrugas en la región central. Y, sobra decirlo, si haces ejercicio de alto impacto, ponte siempre un sostén que amortigüe el impacto sobre esta zona.

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