La máxima de cualquier dermatólogo es la prevención, ya que con esta se evita llegar a la corrección, tanto con cosméticos como con ayuda de trucos de maquillaje . Esto se traduce en que hay que incorporar ciertos hábitos e ingredientes en el cuidado diario de la piel, tanto por la mañana como por la noche, y así cumplir 50 años con una piel tersa, luminosa y saludable. Entre los básicos están una limpieza exhaustiva , aplicación diaria de un protector solar y activos como la vitamina C y el retinol. Parece mucho, pero en total son quince minutos diarios para asegurarte tener una piel estupenda en la madurez.
Al igual que no te lavas los dientes solo una vez al día, tampoco debes cuidar tu cara únicamente por la noche. Por la mañana elimina los restos de los tratamientos nocturnos con un limpiador suave y aplica después los productos que la protegerán durante la jornada; al caer el sol toca eliminar los restos de maquillaje y suciedad acumulados a lo largo del día y aplicar activos que ayuden a la reparación de la piel mientras duermes.
Todos los expertos del cuidado de la piel opinan lo mismo: el protector solar es la mejor crema antiedad. Nunca es demasiado tarde para comenzar a usar el SPF diario, incluso si eres de las que te has abusado de los baños de sol en el pasado puedes empezar desde ya a incorporarlo en tu rutina para evitar un daño solar mayor. Ten en cuenta que debes elegir un SPF de al menos un 30 y aplicarlo a diario no solo en el rostro, sino también en el resto de piel que va a estar expuesta al sol y que, por tanto, también envejece, como cuello, escote y manos.
La vitamina C es uno de los primeros ingredientes que debes incorporar a tus rutina de belleza. De hecho, los médicos recomiendan comenzar a hacerlo a partir de los veinte años. Este antioxidante previene la aparición de manchas oscuras y evita la pérdida de colágeno. Además, proporciona una luminosidad envidiable e incluso ayuda a proteger la piel de los rayos UV. Deberás aplicarla tu sérum de vitamina C por la mañana, antes de la crema hidratante, y después ponerte una crema con SPF para una mayor protección.
A medida que envejecemos la piel se vuelve más gruesa, opaca, se acentúan los brillos, el tono se vuelve más desigual y pierde luminosidad. Esto se debe a que las células muertas de la piel no se desprenden tan rápido como cuando se es más joven. Por eso es importante exfoliarse dos o tres veces por semana, ya que este gesto contrarresta algunas de estas preocupaciones y, además, ayuda a que los productos para el cuidado de la piel penetren mejor y, por tanto, sean más eficaces.
Las cremas ligeras están genial cuando se es una veinteañera pero, a medida que pasa el tiempo la piel se vuelve más seca y más áspera, precisando unas texturas que protejan mejor su barrera contra la humedad. Fíjate en que tu crema, tanto de cara como de cuerpo, contenga ingredientes hidratantes, como el ácido hialurónico, y lípidos, ya que estos últimos son los que mejor atrapan la humedad. Y el hialuronato de sodio, un derivado del ácido hialurónico, no solo hidrata sino que también reduce las arrugas, especialmente las del contorno de ojos.
Al igual que la vitamina C debe estar presente en tu rutina matutina, el retinol no debe faltar por la noche. Este derivado de la vitamina A previene las arrugas, elimina las primeras y aumenta la producción de colágeno; de ahí que sea el activo preferido de todos los dermatólogos. Sin embargo, es un ingrediente algo delicado, por lo que tienes que asegurarte de comprar uno de calidad, que venga en un envase opaco –no es estable a la luz solar–. Además, tienes que tener cuidado cuando comiences a utilizarlo, ya que puede irritar la piel; mejor empieza usándolo solo una o dos veces por semana y pasa después a días alternos para terminar utilizándolo todas las noches.
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20 de enero-18 de febrero
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