Hay cosas que ni se crean ni se destruyen, solo se transforman. Por ejemplo, la energía y, por ejemplo, los poros. Como lo lees. Aunque el marketing nos haya hecho creer que los poros pueden cerrarse a voluntad, como si fueran ventanas, lo cierto es que no es así, porque los músculos no intervienen aquí para que estos agujeritos se contraigan o se expandan. Y, por otra parte, nos son tan necesarios como el respirar, porque es por donde la piel excreta el sebo, las toxinas y el sudor. ¿Entonces? Sentimos decirte que todos venimos de serie con unos poros determinados, aunque su tamaño puede ir a peor (a mejor, por reducción espontánea, es más difícil) si no tienes en cuenta estas cinco pautas de actuación. Veamos.
Como decíamos, la naturaleza nos dota con unas características determinadas y esto es difícil de cambiar, así que si desde siempre has tenido los poros dilatados, conseguir que se metan en la talla XS es prácticamente imposible. En todo caso, que sepas que unos poros limpios (libres de espinillas, puntos negros y restos de polución) ópticamente parecen más pequeños, porque pasan más desapercibidos, así que mantén tu piel libre de impurezas.
Y esta vez no es por los daños que ocasiona la radiación (envejecimiento, pigmentación, cáncer de piel…), sino porque el sol empeora la calidad de la piel, la engrosa y hace los poros más visibles. Por no hablar del efecto rebote de granos y espinillas después de largas jornadas de bronceado.
Los poros están determinados genéticamente, pero los tratamientos con este activo procedente de la vitamina A son grandes aliados para reducir algo su dilatación, porque evitan la hiperqueratosis, es decir la producción excesiva de células muertas y, de esta manera, afinan el poro.
Todo tiene sus pros y su contras. Las pieles grasas, por ejemplo, tienen la ventaja de que envejecen mucho más tarde pero, a cambio, son más propensas a lucir unos poros abiertos y de mayores dimensiones para poder evacuar mejor la grasa. Si este es tu caso, utiliza cremas específicas para tu tipo de cutis, porque en la medida en que liberes los tapones de sebo, achicarás el tamaño de los poros.
Una base muy untuosa lo único que va a conseguir es fundirse con tu piel al máximo incrustándose en cada poro. ¿Conclusión? Hará todavía más visibles tus poros. Si quieres camuflar esos antiestéticos agujeritos tendrás que utilizar previamente un primer (un cosmético que suele tener en su formulación silicona) para sellar esos agujeritos. Y luego, sobre esa película aplica la base de maquillaje. Por cierto, mejor en polvos para que evitar que penetre en los poros.
Con estas cinco pautas te harás maestra del disimulo mientras llegan las nuevas técnicas –como el bótox o los tratamientos con estrógenos tópicos– que se ensayan para cerrar –aunque sea un poco– los poros de manera segura.
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20 de enero-18 de febrero
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