belleza
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Mientras no la vemos, no nos preocupa demasiado, pero cuando llega la hora de ponerse el short, nos entran las prisas por echar a ese inquilino incómodo que es la celulitis. Si quieres liberarte de forma rápida y eficaz de esas depresiones que ni las del Gran Cañón, vas a tener que pedir cita en un centro especializado, porque los masajes, aunque se hagan con fuerza, o las cremas, aunque incorporen activos reductores, tienen efectos limitados. Y para que cuando trates con el médico sepas de qué está hablando, te explicamos en qué consisten siete de las técnicas más utilizadas para acabar con la piel acolchada.
Mejor no tenerle miedo a las agujas, porque este método consiste en inyectar aminoácidos para destruir los adipocitos (los nódulos de grasa) y favorecer la microcirculación. La intradermoterapia va un paso más lejos, al infiltrar las sustancias en una capa más profunda de la piel para lograr un mejor resultado. Lo bueno es que la ‘tortura’ solo dura 10 minutos… aunque tendrás que pasar por cabina una docena de veces.
¿Te gusta el calor? Pues, prepárate, porque es la base de este sistema, que consiste en calentar el tejido graso y romper los nódulos. Esto favorece el drenaje linfático, reduce el edema y estimula la creación de colágeno, aunque para ver resultados se necesitan entre ocho y 12 sesiones. Eso sí, te puedes escapar a la hora de comer y volver al trabajo, porque no requiere reposo ni anestesia.
Lo de las temperaturas es un mundo; no hay más que ver los enfados que provoca el aire acondicionado y la calefacción en el trabajo. Por eso si la radiofrecuencia y el calor no es lo tuyo, a lo mejor te gusta este otro tratamiento, que emplea la criolipólisis (frío intenso) para eliminar la grasa de una zona concreta sin dañar las células que se encuentran alrededor del área con celulitis. Se necesitan 30 minutos y dos o tres sesiones sin anestesia, aunque no es, precisamente, un método indoloro.
Estos equipos proporcionan, a través de un cabezal, vibraciones de diferentes frecuencias que llegan al tejido conectivo y adiposo, provocando el drenaje de los depósitos grasos. Hay que estar en la camilla entre 25 y 45 minutos, dependiendo de la gravedad de la celulitis y de la extensión, pero es indoloro.
La luz mágica que sirve para casi todo,también tiene su aplicación en la celulitis. Con el lipoláser, que exige anestesia local, se rompe la membrana de los adipocitos, se derrite la grasa y después se elimina de forma natural por el organismo. Si tienes días libres en el trabajo, ve pidiéndolos, porque necesitarás quedarte en casa un par de ellos, como mínimo, y llevar una faja compresora una semana.
Es un clásico. Todas conocemos su nombre, pero tal vez no tengamos claro en qué consiste este sistema un tanto aparatoso. Se precisa sedación para realizar las incisiones mínimas por las que entran unas cánulas que aspiran la grasa. Al finalizar se venda la zona, requiere unos días de reposo y los hematomas tardan algún tiempo en desaparecer.
Pasa por ser la técnica más eficaz y, desde luego, la más novedosa, aunque su explicación de mieditis: con una cuchilla se seccionan las bandas de septos fibrosos que causan la celulitis. Pero no temas, se usa un anestésico tópico. Y todo el dolor pasa cuando sabes que solo se necesita una sesión para fulminar la celulitis y que el resultado ¡dura tres años!
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