Manual de instrucciones: te eseñamos a leer la etiqueta del protector solar

A pesar de haber un conocimiento generalizado sobre los peligros del sol, solo el 18% de la población protege adecuadamente su piel, según datos de la Academia Española de Dermatología y Venereología. Uno de los motivos puede ser el hecho de no elegir bien el protector solar , ya que este proceso puede resultar abrumador. Filtros químicos vs. minerales, determinar el SPF necesario a cada necesidad, asegurarte de que el precio coincida con la calidad de la fórmula son algunas de las dudas que surgen en proceso de selección de protección solar. Te adelantamos que saber leer bien la etiqueta simplifica bastante la toma de decisiones.

Comencemos con lo básico: es el factor de protección solar que incorpora el producto y es el que determina el intervalo de tiempo que la fórmula protege la piel antes de que aparezca una quemadura solar provocada por los rayos UVB. En general, cuanto más alto es el SPF más tiempo puede transcurrir antes de tener que reaplicarte el protector solar. “Un índice 1 a 5 va a proteger aproximadamente durante 45 minutos, uno de 30 hasta 1 hora y media, y uno de 50, el más potente, no más que 3 horas. Los índices de más de 50 no implican una protección más eficaz”, explica el doctor Pierre Nicolau.

Los rayos que atacan a la piel son los UVA, UVB e infrarrojos, por lo que necesitas que tu protector te proteja de este trío fatídico. Los rayos UVB dañan la superficie de la piel y causan quemaduras solares, los UVA penetran en las capas profundas y son los culpables del fotoenvejecimiento: arrugas, pigmentación y flacidez de la piel y ambos pueden causar cáncer de piel y los rayos infrarrojos (IR) aceleran el envejecimiento cutáneo, ya que provocan un aumento de los radicales libres, que destruyen las fibras de colágeno. Además, está la clasificación PA+, que indica el factor de protección UVA de un producto, y cuantos más signos más tenga mejor será la protección contra estos rayos.

Ambos funcionan de diferente manera: los filtros solares químicos están formulados con ingredientes que causan reacciones químicas que absorben los rayos UV y los liberan de la piel, y los protectores solares minerales usan compuestos inorgánicos que crean una barrera física sobre la piel que desvía y dispersa los rayos. “Mientras los productos de protección solar a base de químicos penetran en la piel y absorben los rayos del sol, los productos solares naturales usan filtros basados en minerales naturales (tanto dióxido de titanio como óxido de zinc) que reflejan, físicamente, los nocivos rayos del sol”, señala Lotte Tisenkopfa, fundadora de Mádara. Si tu piel es sensible o si estás especialmente concienciada con el medioambiente, opta mejor por los filtros físicos.

Si un protector solar es resistente al agua o al sudor significa que proporciona una protección adecuada durante 40 minutos mientras se están dentro del agua o practicando deporte. Sin embargo, el hecho de que sea resistente al agua no es sinónimo de impermeable, por lo que tendrás que reaplicarlo transcurrido ese tiempo o cuando salgas del agua o termines de hacer ejercicio.

Todos los cosméticos vienen acompañados de un símbolo que simula un tarro abierto y en el que dentro hay un número seguido de una M. Este número indica los meses de durabilidad del producto una vez se ha abierto. En el caso de los protectores solares el tiempo máximo en que su fórmula sigue siendo óptima es de 12M (12 meses) y, una vez haya trascurrido este periodo hay que tirar el producto, ¡sin excepciones! Olvídate de guardar ningún protector solar después de tus vacaciones para usarlo al año siguiente, ya que su fórmula no será lo eficaz que debiera, por lo que expones tu piel a unos riesgos innecesarios.

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