belleza
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Pueden surgir con el estrés, el cansancio y la falta de sueño, pero también pueden ser crónicas, hereditarias y debidas a una pigmentación diferencial de la piel, o deberse al natural envejecimiento, en cuyo caso irán unidas a una falta de volumen bajo los ojos. Sea como fuere, las ojeras son uno de los rasgos que más deseamos ocultar a la hora de maquillarnos y el que más nos molesta observar cuando vamos con la cara lavada. Vamos a enumerar todas las soluciones que conocemos hasta la fecha para librarnos de ellas o, al menos, ocultarlas, empezando por lo primero que aconseja la lógica: seguir al pie de la letra una rutina de sueño regular que no baje de las ocho horas.
Otro buen consejo que tiene que ver con la alimentación pasa por evitar café y bebidas excitantes desde la tarde: dormiremos mejor. Pero si nos levantamos con ellas puestas, una primera medida de urgencia es aplicar frío sobre la zona (las youtubers de belleza sugieren meter una cucharilla de café en el congelador) y, a continuación, estimular el riego sanguíneo con un roller, moviéndolo de arriba abajo desde el mentón a la ojera. A continuación, un serum o crema de tratamiento con retinol puede ayudar a prevenir la hiperpigmentación, le da consistencia a la dermis y mejora su textura.
Hidratar la zona con frecuencia ayuda a crear más volumen en la zona hundida de la ojera, pero una solución más a largo plazo son los inyectables, capaces de rellenar esa zona y de disimular cualquier tonalidad azulada debido a capilares muy débiles. Si las ojeras no son debidas al envejecimiento sino a una hiperpigmentación, la vitamina C, con antioxidantes, es un buen aliado, mientras que la K está indicada para mejorar los tonos azulados en la piel.
Seguidos todos estos pasos, nos queda recurrir al maquillaje. Las profesionales recomiendan añadir una pizca de primer con un extra de brillo tras la crema de tratamiento: palía la descoloración. Si la piel mantiene los tonos azulados, conviene aplicar un tono amarillento antes del corrector y hacerlo con las yemas de los dedos, para que se mezclen mejor y obtener un resultado más natural. Si finalizas con polvos, te aseguras de que el trabajo de maquillaje dure el máximo de horas en perfecto estado.
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