belleza
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Todo lo que compra, lleva o se hace Kate Middelton provoca expectación. Cada vez que la duquesa de Cambridge se pone un vestido este se agota a las pocas horas y cuando se desvela la peluquera que le ha cortado el pelo o que le ha cambiado ligeramente el tono de su cabello, las citas en el salón en cuestión suben como la espuma. Hasta el momento solo había trascendido algún producto de belleza que utiliza la futura Reina de Inglaterra, pero nunca se había comentado si se ha sometido, o no, a algún tratamiento médico estético, como las infiltraciones de baby botox.
Este asunto ha comenzado con una publicación –ya ha sido eliminada de las redes sociales– del cirujano plástico británico Munir Somiji, en la que acompañaba unas imágenes de Kate Middleton del texto “Nuestra Kate ama un poco el baby botox”. Y, aunque el doctor en ningún momento afirmó que la duquesa de Cambridge fuera paciente suya, sí que escribió bajo su imagen “Los pacientes vienen de todas partes para que les haga este tratamiento. Realmente es tan simple ... No hay excusa para que los médicos dejen a los pacientes con las cejas en el suelo. Observa la reducción de líneas finas en la frente. Pero también ten en cuenta la forma de la parte del medio de la ceja y la elevación de la cola. La magia del baby botox es que no te hace sentir tan pesado y te proporciona una reducción sutil de las líneas de expresión y una mejor posición de las cejas. Ahora el 90% de mis pacientes tienen baby botox y están igual de contentos incluso a los 3-4 meses después del tratamiento”.
Ante tal atrevimiento del doctor, el Palacio de Kensington ha declarado al New York Post que las afirmaciones de Somiji son “categóricamente falsas” y que, además, “la familia real nunca respalda una actividad comercial”. Después de esto, desde la clínica no han querido afirmar ni desmentir que Kate sea paciente suya –está ubicada a tan solo diez minutos en coche del palacio Kensington– alegando que tienen acuerdos de confidencialidad con sus clientes de alto nivel, que les obligan a no desvelar sus nombres. Aunque en este caso el doctor Somiji no ha sido demasiado discreto…
“Esta es una aplicación preventiva (para anticiparse al marcado de arrugas y suavizar la expresión) en lugar de usar el bótox como remedio para líneas ya fijadas. Está indicada para quienes tienden a fruncir muy frecuentemente el entrecejo y, sobre todo, a pacientes con piel fina que, suelen ofrecer un aspecto de enfado, estrés o mal humor en el rostro”, explican las doctoras Mar Mira y Sofía Ruíz del Cueto, de la Clínica Mira + Cueto. “Se suele realizar antes de los 33 años y funciona como retoque flash, con efectos muy favorecedores en el momento”, añaden.
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