Ni te imaginas lo que un par de horas encerrada en un avión puede hacer por tu rostro. ¿Te damos una pista? Nada bueno. Según datos de la Organización Nundial de la Salud, en la cabina presurizada de una aeronave hay entre un 30 y un 50% menos de humedad ambiental de la que se considera saludable para la piel. Eso significa que los niveles de evaporación del agua de tu cara son mucho más altos, lo que lleva a una deshidratación inevitable si no le pones remedio. Y afecta tanto a las pieles secas como a las grasas.
Porque estas últimas van a intentar compensar la falta de líquido con una sobreproducción de sebo. Unida a la cantidad de gérmenes acumulados en el ambiente (más de 100 pasajeros con sus microcosmos personales de bacterias en un espacio reducido), puede dar lugar a un brote de acné.
La altitud tampoco está de tu parte. Los 33.000 pies que alcanza un avión en su velocidad de crucero (unos 11 km de altura) ralentizan tu circulación sanguínea y linfática. La primera afecta a la luminosidad de tu piel porque se reduce notablemente la cantidad de oxígeno que llega a los tejidos. En el caso de la linfática, al hacerse más lenta, a tu organismo le cuesta más librarse de las toxinas y los líquidos. Y al no eliminarlos, se acumulan en zonas como las piernas o el contorno de los ojos (sí, a eso se deben esas bolsas con las que se suele bajar del avión).
Levántate a andar varias veces durante el vuelo y bebe agua para movilizar ambas. Tampoco te fíes del sol. A esa altitud, y sin nubes que los filtren, la radiación UV es hasta 6,5 veces más potente y dañina que sobre la faz de la Tierra. Ponle remedio a todo ello. Cuidados de altura: Tienes varias horas de vuelo por delante. Aprovéchalas para montar un spa imaginario en tu asiento.
Aprovecha este tiempo contigo misma para darle un descanso a tu piel. Elimina el maquillaje con agua micelar, que no necesita aclarado. La de Oromovicza viene empapada en discos
Aplica una capa generosa de mascarilla hidratante, mantenla sobre tu piel durante todo el vuelo y añade más si se evapora. Antes de aterrizar, masajea el exceso hasta que penetre.
Reduce la acumulación de líquidos que produce la altitud con un masajeador como el de Dior Prestige, que está siempre frío. O ponte los parches de Guerlain. Son transparentes.
Los rehidratantes en barra añaden a la facilidad de su uso fórmulas concentradas de efecto barrera. La de Embryolisse es antifatiga y la de Darphin reduce la temperatura de la piel.
Ya te hemos contado por qué necesitas un solar con SPF50 dentro del avión. El de Carita te va a proteger además de la contaminación y los radicales libres presentes en la cabina.
-Kate Winslet: Le da igual si asusta al resto del pasaje. “En los vuelos largos siempre me pongo la Mascarilla de hidrogel Advanced Génifique de Lancôme”.
-Margot Robbie: “Me desmaquillo nada más subir al avión. Y reequilibro mi piel con el Agua de Belleza de Caudalie”. Ahora la tienes en edición limitada rosa.
-Keira Knightley: “Solo confío en el aceite de rosa mosqueta para que mi piel sobreviva al avión”. Mejor si es orgánico como el de Pai Skincare.
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