Los termómetros se han desplomado de repente y hemos pasado del veroño al frío polar sin transición. Seguro que ya has sacado del armario los abrigos, la bufanda y el gorro, pero ¿qué estás haciendo para proteger tu cara del frío? Prevenir es siempre lo mejor y así evitarás una piel tirante, más
sensible y con rojeces.
Para empezar, evita los factores que desencadenan todos esos problemas en esta época del año. No te expongas a cambios bruscos de temperatura, evita que el sol te queme protegiéndote con filtros solares y, sobre todo, hidrata muy bien la piel. La calefacción crea ambientes muy secos y esto afecta a la función barrera de la piel, lo que favorece la aparición de eccemas, dermatitis, rosácea o xeroxis.
Además de hacerte con cremas hidratantes por el día, que eviten la pérdida de agua epidérmica, y nutritivas por la noche, que regeneren y conserven la elasticidad de la piel, pon un humidificador en tu casa y/o en la oficina para ayudar al mejor funcionamiento de este órgano tan esencial.
Y sé generosa con las cremas. Las fórmulas tópicas que más te van a servir son las que incorporen ácido hialurónico para hidratar y pantenol para restituir su suavidad. No te lo tomes a broma, porque la sequedad, además de resultar molesta, irritante y provocar y descamación tiene un efecto secundario que no hace ninguna gracia: acelera el envejecimiento de la piel en forma de flacidez y arrugas . Aquí van algunas buenas opciones para contrarrestar los efectos del frío en la piel.
Loción hidratante
Un cóctel de activos de flores para desalterar e hidratar la piel al instante. El lirio de Japón y el aceite de camelia refuerzan la cohesión de las células de la piel y permiten retener el agua en la epidermis.
Lotion Hydratante de Kenzoki (39,50 €).
Kenzo