belleza
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Si te entregas muchísimo a las tendencias estéticas, atenta. Te vamos a contar las innovaciones y tratamientos estrella de 2020, sobre todo para que tengas en mente qué te quieres hacer y hasta dónde quieres llegar. El mensaje de los médicos estéticos es claro: antes de hacer modificaciones en nuestro físico, nos conviene tener en cuenta que lo que hoy nos parece un acierto total, puede convertirse en algo totalmente pasado de moda en un par de años. Moraleja: seremos inteligentes si pensamos en clave conservadora y buscamos términos medios y naturalidad. De hecho, la tendencia más importante será la generalización de los inyectables, pero más para lograr un efecto radiante en todo el rostro que para lograr más volumen de labios o neutralizar radicalmente las arrugas. También para lograr simetría u otra proporción en mandíbula y nariz. El objetivo: un selfie perfecto.
Una innovación importante en los procedimientos estéticos será la irrupción de los tatuajes cosméticos en zonas inesperadas, definitivamente más allá del eyeliner en los ojos, la obtención del volumen en las cejas o el contorneo de los labios. En Corea y en escogidísimas clínicas estadounidenses se ofrece ya un tratamiento llamado BB Glow que consigue un efecto maquillaje en todo el rostro gracias al microneedling. Se utiliza una fórmula orgánica que permite disfrutar de una apariencia impecable durante semanas, aunque no se recomienda a personas con pieles atópicas y con problemas.
Importante: las técnicas de definición corporal que no requieren operación crecerán exponencialmente y serán practicamente indoloras. Hablamos de procedimientos no quirúrgicos con radiofrecuencia, altas temperatura o inyectables que reducen la grasa. Ejemplo: con la tecnología TruSculpt Flex ya es posible incrementar la masa muscular en un 30% con cuatro sesiones de 45 minutos en dos semanas. Además, se cierra definitivamente la era de los implantes mamarios: querremos pechos más pequeños y naturales. Los doctores predicen que una gran cantidad de mujeres decidirán quitarse sus viejos implantes para evitar riesgos para la salud. La tendencia es clara: menos cirugías e invasión del propio cuerpo y más microtratamientos que no buscan cambios radicales.