¿Cuántas bodas, bautizos y comuniones tienes este año? Empieza ya la temporada y seguro que en lo único que has pensado es en el vestido. Pues no te lo gastes todo en él (al fin y al cabo vas a poder utilizarlo solo una vez si coincides con las mismas personas en otros momentos BBC) y reserva una parte para lucir una piel ideal el día de la ceremonia … aunque solo seas una invitada.
Lo primero de todo es preparar la piel, tanto si eres la que vas a subir al altar como si no, porque todas vais a veros en las fotos. Haz que este sea también un día inolvidable para ti y empieza a prepararlo unas semanas antes. El objetivo es mostrar una piel sin imperfecciones y radiante, algo que puedes conseguir si te esmeras.
Para que parezca una piel sana, debes hacer que lo sea, así de claro. ¿Cómo conseguirlo? Primero has de saber que esto no se consigue de la noche a la mañana, así que vas a tener que poner de tu parte, esmerarte y ser perseverante. Evita en los tres meses previos a la ceremonia en cuestión el estrés, come como es debido (fuera azúcares, grasas, exceso de carbohidratos y alimentos superprocesados) y no salgas a la calle ni un solo día sin tu protector solar.
Concentrado de Luz Orchidée Impériale Brightening (460 €) y Sérum Iluminador de la Mirada Orchidée Impériale Brightening, ambos de Guerlain (202 €). Prodigy Cellglow The Sheer Rosy UV Fluid SPF50 de Helena Rubinstein (100 €). Vital Perfectiong Uplifting and Firming Day Emulsion SPF30 de Shiseido (135 €). /
Reserva un poco más de tiempo que de costumbre para el p rotocolo básico de limpieza y elige fórmulas de tratamiento con un plus. Por la mañana acondiciona la piel con una crema que incorpore activos hidratantes y antioxidantes, como ácido hialurónico y vitamina C, que regule la producción de melanina y que potencie la producción de colágeno. Y no te olvides del contorno de ojos; estírate y apuesta por una crema multiefecto, que minimice bolsas y ojeras y contenga péptidos iluminadores. Verás como notas el cambio en unas semanas en forma de una piel más elástica, tersa, uniforme y radiante.
Antes de acostarte sigue el mismo ritual de limpieza, pero termina con tratamientos que incorporen retinoides o alfahidroxiácidos (uno o el otro, las dos cosas no) para pulir la piel, afinarla e ir minimizando pequeñas arruguitas.
Dos semanas antes de la boda, comunión o bautizo, acude a un centro estético y sométete a una purificación del rostro con el objetivo de eliminar puntos negros.
Y un día antes de la gran cita reserva hueco para someterte a un tratamiento iluminador. Si no eres la novia, no hace falta que inviertas en un peeling o en una sesión de luz pulsada para refinar la piel, basta con elegir un protocolo que oxigene la piel, aporte un cóctel activos en las capas más profundas y que termine con un masaje manual para reposicionar los tejidos y proporcionar un efecto flash.
Solo una cosa más: ahora no lo estropees con un maquillaje excesivo…