Los beneficios de un facial profesional son espectaculares: tu piel está libre de imperfecciones, luminosa , hidratada y relajada. Y, como ahora no podemos acudir a ningún de centro de belleza a que nos mimen, nos toca p roporcionarnos a nosotras mismas unos cuidados extra que nos haga más llevadera la cuarentena. Aquí tienes los tips más eficaces para hacerte un facial DIY en tu propia casa.
La parte más importante de cualquier tratamiento facial es la limpieza exhaustiva. Es recomendable que te hagas una doble limpieza para asegurarte de eliminar toda la suciedad de tu rostro. Comienza por un limpiador en aceite que elimina tanto los restos de maquillaje como el sebo de la piel y continúa con otro –en gel o espuma si tienes la piel grasa o mixta y en leche, si es seca o sensible– que elimine las impurezas acuosas. Retira ambos con agua tibia.
Presta especial atención a las áreas conflictivas como nariz, frente, barbilla y cuello, y asegúrate también de limpiar adecuadamente la zona de la línea del cabello, la parte posterior de las orejas, debajo de la línea de la mandíbula y el cuello. El motivo es que estos lugares suelen estar congestionados debido a una limpieza deficiente. Por último, no te olvides de terminar tu higiene facial con tónico.
Es mejor que obvies las fórmulas granuladas, cuya fricción es más fuerte y puede dañarte la piel si es sensible o si padeces acné. Concéntrate en las zonas donde presentas más puntos negros, como aletas de la nariz, barbilla y cerca de las orejas. Y, si ves que estos no desaparecen después de aplicar el exfoliante, puedes eliminarlos tú misma con ayuda de tus dedos anulares, siempre tapados con un tisú para prevenir daños en la piel e infecciones. Eso sí, aprieta lo justo y, si ves que no salen, déjalos quietos hasta dentro de siete o diez días.
Sin embargo, lo que no debes tocarte bajo ningún concepto son las espinillas, ya que al apretarlas corres el riesgo de propagar la infección por el rostro o de hacerte alguna herida que desencadene en cicatriz.
Los activos de la mascarilla funcionan de manera más eficaz si aplicas esta justo después de haberte exfoliado la piel. Puedes optar por aplicar una hidratante o iluminadora, en todo el rostro, que siempre viene bien, o practicar el multimasking: una mascarilla purificante para la zona T, hidratante para contorno de ojos y labios, y una multivitamínica para mejillas y cuello. Deja que actúe durante unos 15 minutos –puedes aprovechar este tiempo para relajarte, meditar o para repasarte las uñas– y después retírala adecuadamente. Fíjate en el envase para ver si el fabricante recomienda eliminarla con agua tibia (las purificantes suelen retirarse así) o si tan solo tienes que masajear el producto que no ha absorbido tu piel trascurrido el tiempo de exposición.
Termina tu tratamiento con una crema hidratante que selle los beneficios de los productos previos que le has aplicado –entre la mascarilla y este paso es el momento de que te apliques e l sérum o el booster que utilices–. Si te has hecho el ritual por la mañana tendrás que usar tu crema diurna y aplicar después un cosmético que te proteja de la luz azul si vas a estar expuesta a pantallas electrónicas, y si lo has realizado por la noche, ponte tu crema nocturna.
Y recuerda que los cosméticos cumplen mejor su función si los aplicas de manera ascendente y acompañados de un masaje, con la ayuda de las yemas de los dedos o con un rodillo de cuarzo o jade.
20 de enero-18 de febrero
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