Así es como debes usar la piedra pómez para tener unos pies suaves

En verano es la época del año en la que los pies se resecan y agrietan más, por lo que acudir a tu centro de estética a hacerte la pedicura con frecuencia no es suficiente para mantener los pies suaves a diario. En esta época toca tener la ayuda de la piedra pómez en la ducha, seguida siempre de una crema hidratante específica para los pies .

Antes de empezar a frotar debes remojar tus pies en agua tibia con un chorro vinagre de sidra (es antibacteriano y ayuda a matar las  bacterias u hongos que crean mal olor) y sales de epsom (relajan, exfolian suavemente y eliminan la retención de líquidos) durante unos 20 minutos. Transcurrido este tiempo sécate bien y aplica un aceite natural de árbol de té, ricino o eucalipto, que son antifúngicos, sobre las durezas.

Después llega el momento de usar la piedra pómez. Los expertos recomiendan que esta sea volcánica natural y no sintética, ya que la primera es más delicada con la piel. Basta con que la humedezcas para que así se deslice más fácilmente por la piel. Realiza movimientos circulares sobre los talones y en las zonas en las que tengas durezas hasta que notes que la piel muerta ha desaparecido.

Puedes repetir esta acción hasta tres veces por semana, haciendo una presión ligera y teniendo cuidado de no hacerte ninguna heridaa. Y si en algún momento sientes escozor, será un aviso de que te estás excediendo con la presión o con la frecuencia de uso.

Al terminar es importante que la laves la piedra con agua y jabón para evitar que las bacterias proliferen en su superficie. Después déjala secar y guárdala en un lugar sin humedad, también para evitar dichas bacterias. Además, no está de más que de vez en cuando la hiervas durante 5 minutos para eliminar cualquier posible microorganismo.