Lucir una piel luminosa, independientemente de la edad que se tenga, parece el santo grial de la belleza. Por suerte, cada vez hay más productos de maquillaje que nos ayudan a resplandecer en pocos segundos, pero, aún así, todas queremos que nuestra piel también brille sin ayuda de artificios. Por eso nos toca prestar atención no solo a nuestro ritual de belleza diario, sino también a lo que comemos y al ejercicio que hacemos.

El primer paso para lucir una piel radiante es la limpieza diaria y una correcta exfoliación. Los expertos en piel recomiendan las fórmulas que contiene alfa-hidroxiácidos, como son el ácido glicólico y el láctico, y los beta-hidroxiácidos (ácido salicílico), para eliminar las células muertas que opacan. Eso sí, un exceso de exfoliación tampoco es bueno, por lo que debes hacer este gesto cada semana o diez días.

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Después hay que tener en cuenta que una buena hidratación es la clave de cualquier piel llena de luz. Y el ácido hialurónico –se une al agua y al colágeno de nuestro cuerpo para estimular la hidratación– es el ingrediente clave para ello, tanto aplicado en formato sérum o crema o inyectado, para conseguir un efecto relleno y mejorar la textura de la piel de una manera más duradera.

Aquí tampoco debes subestimar a las ceramidas ya que, a pesar de que siempre se hablar del retinol para lucir un cutis radiante, estas son imprescindibles para proteger la barrera cutánea y así evitar la pérdida de agua transepidérmica. Lo que se traduce en unos niveles óptimos de humedad que hacen que la tez esté repulpante.

Por último, debes prestar atención tanto a la comida como al ejercicio. No olvides incluir en tu dieta verduras de hojas verdes (ricas en vitamina C para la producción de colágeno), frutos rojos (repletos de antioxidantes que combaten los radicales libres) y marisco, que contiene zinc, que ayuda a reconstruir el colágeno; grasas Omega-3, que promueven el crecimiento celular, y selenio, que reduce el daño celular y la inflamación. En cuanto al deporte, ayuda a que la piel luzca más joven al promover el flujo sanguíneo en la piel, que actúa como un potenciador natural del brillo.