Son solo tres los meses de frío intenso, pero pueden resultar devastadores para el cutis si no tomas las medidas de prevención y restauración adecuadas. “En condiciones atmosféricas adversas, la piel se resiente y es frecuente la aparición de sequedad y eczemas a frigore”, confirma la doctora María Teresa Truchuelo, jefa de Dermatología del Hospital Vithas Nuestras Señora de América. Y no solo eso, también es más fácil que se inflame, se irrite o tenga descamaciones. Además, hay un factor añadido que puede complicar las cosas: el contraste brusco de las bajas temperaturas del exterior con el ambiente caldeado de los espacios interiores.
El frío provoca una vasoconstricción de los vasos sanguíneos y la calefacción lo contrario, una dilatación. Y este choque térmico favorece la aparición de rojeces e, incluso, cuperosis o rosácea. Además, en invierno las glándulas sebáceas secretan menos grasa.
Sabiendo ya que el frío puede producir una alteración del manto hidrolipídico de la piel, la consigna es reforzar esa barrera de protección para evitar males mayores. Y lo primero que hay que hacer, como ocurre con el armario de invierno, es sustituir en esta estación las cremas que utilizas habitualmente por otras más emolientes, según explica la farmacéutica Leticia Carrera, directora del centro Felicidad Carrera.
A su juicio, hay que tener muy en cuenta el tipo de piel para elegir los productos adecuados: “Las secas deben utilizar por la mañana un sérum y una crema hidratante, por la noche productos regeneradores nutritivos y una mascarilla hidratante al menos tres veces por semana. Los principios activos cosméticos más convenientes son los péptidos y el colágeno”. Para los cutis grasos, además de evitar el alcohol, las grasas saturadas y los azúcares, Leticia Carrera recomienda aplicarse fórmulas hidratantes de fase externa acuosa, preferiblemente con ácido hialurónico y vitamina C, y una vez por semana una mascarilla hidratante. Por último, están las pieles sensibles, que son siempre las más vulnerables. “Es muy importante que la limpieza se realice con agua tibia y que todos los cosméticos sean específicos. Dos ingredientes que les van muy bien son los probióticos y el regaliz”, concluye.
Si, pese a todos los tratamientos, notas que tu piel todavía está desvitalizada o la sientes tirante o con falta de luminosidad, opta por protocolos intensivos en centros de estética. Algunos de los que mejor funcionan son los tratamientos de hidratación profunda con oxígeno puro a presión, los peelings enzimáticos suaves o la terapia biodinamizante, que combina luz LED con la aplicación de distintos activos, como retinol o ácido hialurónico.
La piel del rostro es la que más nos preocupa, pero este año las manos merecen más atención que nunca. Combate los daños con fórmulas emolientes y, si las notas muy deshidratadas, extiende una capa de vaselina, ponte unos guantes de algodón y deja que actúe por la noche. La otra zona que exige atención personalizada son los labios, que se agrietan con facilidad. Aunque el uso de la mascarilla está actuando como barrera contra el frío y el viento, también favorece la proliferación de bacterias, así que opta por bálsamos que, además de restaurar la hidratación, tengan propiedades antisépticas.
20 de enero-18 de febrero
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