El nacimiento de un aroma de lujo: así vivieron dos influencers la última cosecha de la rosa en Grasse, la cuna francesa de la alta perfumería

Nos encontramos en el mes de mayo, a primera hora de la mañana, recogiendo la rosa de Grasse en unos campos que se extienden hacia el horizonte. Carole Biancalana, primera productora de Grasse en haber firmado un acuerdo de colaboración exclusivo con los perfumes Dior hace más de 10 años, habla con pasión y orgullo del amor que siente por sus rosas únicas en el mundo y que decidió cultivar junto con su padre, Hubert Biancalana, en el “domaine” (finca) heredado de sus bisabuelos.

Consciente del peligro de extinción de este oficio tan sacrificado como aleatorio, decidió transmitir esta pasión y los gestos expertos necesarios a nuevos productores que se lanzaron también a la aventura del cultivo de las flores para perfumes . Fue el caso de Armelle Janody, su primera discípula, quien reserva también la integridad de sus cosechas del «Clos de Callian» para los perfumes Dior y que nos recibe en su finca para esta sesión de fotos con las influencers Marta Lozanoy Teresa Andrés.

Al igual que Carole, habla con emoción de la belleza de sus rosas, de notas «cálidas y dulces» que asegura reconocer cuando huele un perfume Miss Dior. Junto con su pareja, Rémy Foltête, cultiva con valor y pasión una tierra que le «enseña sabiduría» y con la que afirma haber tejido un verdadero vínculo de amor.

Llegamos al Clos de Callian a las 8:30 para unirnos al equipo de recolectores que esperan pacientemente a que las rosas tengan a bien abrirse para ser cosechadas. Según Armelle, aún falta un grado para que estén en su punto. Cada mañana se seleccionan únicamente las flores que están lo suficientemente abiertas para ser recogidas y transportadas inmediatamente a la destilería situada a 10 minutos de la finca y ser transformadas en absoluto. Este “punto” de floración que solo un ojo experto es capaz de apreciar va a garantizar la mejor calidad olfativa para la elaboración de los perfumes de la casa Dior.

Este año, una helada muy tardía en abril congeló la totalidad de capullos en formación, por lo que la cosecha ha empezado con 2 semanas de retraso. Afortunadamente, una vez caídos, los capullos congelados han dado paso a un inesperado brote nuevo. Un rosal de rosa centifolia, llamada también rosa de mayo por su período de floración, da aproximadamente 400 flores a lo largo del mes.

Según la meteorología , cada recolectora recoge entre 10 y 20 kilos de flores al día, que deposita primero en su delantal de algodón antes de volcar el contenido en un saco de yute. Es necesaria una tonelada de rosas frescas para producir 1,5 kilo de absoluto, una pasta muy olorosa que se utiliza para la elaboración de perfumes de lujo. En términos de nota olfativa, su perfume sutil y poderoso, floral y meloso es inigualable y puede variar según se recoge a principios o a finales del mes de mayo, con notas que recuerdan el aroma de la miel, o de la pimienta.

La producción de la rosa de mayo es tan reducida y artesanal que solo unas pocas grandes maisons pueden permitirse utilizarla en sus fragancias. Desde hace más de diez años, la Maison Dior colabora en exclusiva con una nueva generación de productores de flores para perfumes de la tierra de Grasse, cuna de la perfumería mundial. Estos acuerdos a largo plazo les permiten ofrecer a Dior las flores más bellas para elaborar sus perfumes y, a la vez, volver a dinamizar una tierra en la que la Maison Dior tiene sus raíces.