Envejecer es un hecho que no apreciamos como deberíamos, con todas esas experiencias enriquecedoras, vivencias inolvidables y relaciones de afecto absoluto. Aunque, cuando se trata de la piel... no hay tanta alegría. Esos cambios que sufrimos no nos gustan para nada. Queremos seguir teniendo el mejor de los aspectos y esos signos tan molestos nos ponen continuas trabas. Por eso, para prevenir y curar, nuestra rutina de cuidado facial debe incluir los ingredientes más potentes y que, a la vez, respeten el cutis para no experimentar reacciones.
Mucho sabrás ya de los activos antiedad número uno, el retinol y la vitamina C, pero hoy venimos a defender otros dos excelentes y poderosos, que resulta que juntos funcionan de escándalo. Estos son el ácido hialurónico y el escualano. Excelentes, por separado, imbatibles si unen fuerzas. La pareja se encarga de proporcionar una intensa hidratación que rellena el rostro, así como de dar brillo y difuminar manchas y arrugas. ¿Se puede pedir más? Te explicamos sus beneficios y cómo tienes que incorporarlo a régimen de belleza para los mejores resultados.
Por una parte, el escualano, componente de origen vegetal y producido naturalmente por nuestro organismo, es un humectante que refuerza la barrera de hidratación en la piel. De buena absorción (lo que asegura eficacia), ayuda a reponer lípidos, es antiinflamatorio y nutre el microbioma para que el cutis se conserve con aspecto joven.
El ácido hialurónico trabaja para almacenar el agua, reconstruir tejidos y mantener la producción de colágeno y elastina a un buen nivel. Regenerador celular, rellena arrugas, disminuye la apariencia de líneas de expresión, difumina manchas y aporta un efecto buena cara, con un rostro jugoso y radiante.
En conjunto, trabajan para bloquear la humedad, unificar el tono, reavivar la dermis, proteger de los daños de radicales libres y tensar facciones. Ambos reconstruyen la barrera cutánea que da ese volumen juvenil, claridad y previene de los efectos nocivos del sol o la contaminación. Un sérum de ácido hialurónico primero, y encima una crema con escualano, harán que te despiertes con el mejor cutis posible. O también, puedes emplearlos a la vez en una fórmula que contenga los dos.
Todo tipo de pieles se benefician de estos activos. Desde las secas (guardan la hidratación durante un tiempo prolongado) hasta las grasas (equilibran la producción de las glándulas sebáceas, pasando por las sensibles (por su aspecto calmante). Si padeces de sequedad, deshidratación por zonas, rostro apagado, acné, hiperpigmentación, quemaduras o heridas, este combo es para ti. ¡Incluso los puedes usar en tu cabello!
Aquellas con piel madura también notarán los cambios visibles, porque en concentraciones mayores, actúan como un relleno dérmico o bótox y, redensifican.
Los expertos de la piel recomiendan decantarse por el escualeno derivado de la caña de azúcar, por su mejor calidad, y, en lo que respecta al ácido hialurónico, lo más aconsejable es añadir una capa de una crema hidratante o mascarilla oclusiva para retener la humedad durante más tiempo y permitir una mejor absorción y eficacia. Pieles del mundo, aquí tenéis la solución definitiva a todos vuestros problemas.