Cremas hidratantes antiedad para prevenir las primeras arrugas: a qué edad las recomiendan los expertos y qué activos son los más adecuados

Tenemos claro cuáles son las mejores cremas antiedad para utilizar a partir de los 50 , así como los ingredientes más potentes que las pieles maduras deben buscar en sus rutinas de belleza. Pero, ¿ qué pasa cuando cumplimos los 25 y empiezan a aparecer las primeras arrugas? ¿Todo vale? ¿Es imprescindible el uso de transformadores de la piel como el retinol , el activo estrella para combatir las arrugas y la falta de firmeza? ¿Qué nos recomiendan estas expertas en dermocosmética que más saben de fórmulas? ¿A partir de qué edad exactamente deberíamos empezar a utilizar una crema antiedad?

« A partir de los 25 años nuestra piel ralentiza la producción de colágeno, por lo que ésta sería la edad perfecta para comenzar una acción preventiva. La mejor arruga es aquella que ayudamos a prolongar su aparición en el tiempo», explica Samira Marrero Mendoza, farmacéutica y autora de la cuenta de Instagram @dermoboticaria.

La farmacéutica Rocío Escalante, titular de Arbosana Farmacia y experta en dermocosmética coincide: «Hay que pensar que la piel empieza a envejecer a partir de los 25-30 años, y en belleza la prevención es fundamental». Pero lo cierto es que por mucho que la industria se empeñe en hacernos creer que la edad mide el estado real de la piel, ambas aseguran que no es exactamente así. Porque todo depende de los hábitos pasados y otros factores.

«Indicar cosmética en función de la edad es un error. ¿Por qué? Porque hay pieles con edades aparentes diferentes: evitan la exposición al sol, han comenzado rutinas cosméticas tempranas... Siempre debemos adaptarnos a las necesidades y preocupaciones de cada piel en cada momento. Lo más recomendable para cada edad dependerá justo de esas, de las necesidades de cada piel», argumenta Samira.

Por ello la personalización de la rutina es imprescindible, tal y como explica Rocío: «Cuando aconsejamos una crema no hablamos de edades, sino de estados de la piel. Una piel de 30 puede estar peor que una de 40, si no se ha protegido del sol o no ha llevado un estilo de vida saludable».

De toda la cantidad disponible de principios activos en el mercado, para centrar la búsqueda de una rutina perfecta, las expertas vuelven a recomendar elegir uno (o varios) para cada tipo de piel. Samira apuesta por los retinoides en bajas concentraciones y hidroxiácidos adaptados a cada necesidad.

« A los 20 la piel suele ser más grasa, entonces necesitaremos activos que regulen la producción de sebo, como la niacinamida, el ácido salicílico… Si notamos que la piel se va resecando, habrá que incrementar la hidratación y usar activos como el ácido hialurónico, las ceramidas… Para arrugas y envejecimiento cutáneo prematuro, el retinol. Si preocupa el acné, ácido salicílico o ácido glicólico. Si preocupan las manchas, despigmentantes como ácido tranexámico, hidroquinona, ácido kójico…», aclara Rocío Escalante.

Lo que no podemos olvidar nunca, es el uso de fotoprotección diaria los 365 días del año para proteger a la piel de la radiación. «Esta es la mejor prevención respecto al fotoenvejecimiento cutáneo prematuro», apunta Samira Marrero.

El concepto antiedad puede crear confunsión durante toda la década de los 20. La primera reacción es pensar que no se necesita y la segunda, que si se utiliza una crema antiedad durante una temporada y después se abandona, puede provocar un efecto rebote. Y de nuevo, esto no significa que de repente vayamos a tener el doble de arrugas, pero sí pueden suceder dos cosas.

La primera, que los conseguidos den un paso atrás. «Con el uso de transformadores de la piel como retinoides e hidroxiácidos, nuestra piel pueda mejorar la apariencia de arrugas, del tono y la textura, y si hay una abandona en la rutina de estos cosméticos podemos dar un paso atrás en cuanto a resultados en la piel. Por eso lo ideal sería mantener una rutina cosmética estructurada», argumenta Marrero.

Y la segunda, que el tipo de fórmula sea tan contraria a la necesidad del tipo de piel, que se generen otro tipo de problemas cutáneos. «Normalmente las fórmulas antiedad están pensadas para flacidez y tienen con texturas más untuosas... Si la piel no necesita esa crema es posible que hubiera un efecto rebote de granitos o acné», concluye Rocío.