belleza
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Todas hemos asumido desde hace ya tiempo que es inviable irse a dormir con la cara maquillada. Es fundamental (y casi de obligatorio cumplimiento) retirar cualquier resto de maquillaje antes de irte de descansar. Los motivos son sencillos y si no lo llevas a cabo, lo más habitual es que tu piel tenga un peor aspecto.
Sin duda, hacer una buena limpieza es lo que ha cambiado por completo mi piel. Aunque nunca he tenido la piel con mal aspecto, siempre he tenido épocas en las que aparecen más imperfecciones, se ve el rostro apagado o aparecen manchas.
La realidad es que me he dado cuenta que por muchos productos que utilices, si no haces una buena limpieza facial de nada sirve. Es decir, los productos no van a penetrar bien en la piel, y por tanto te estarás gastando un dinero innecesario en cosmética.
A veces pasa, o al menos yo he escuchado a amigas decirme que los productos que usan para tratar el acné, reducir manchas o simplemente conseguir una piel más hidratada no les funciona. Quizás el problema no reside en los productos, sino que no hacen una limpieza efectiva.
¿Y tú, cómo sueles hacer la limpieza facial? Realiza una buena limpieza no solo significa quitar el maquillaje y listo. Hay que profundizar bien y eliminar cualquier tipo de suciedad que haya quedado incrustada en el rostro para luego continuar con nuestra rutina habitual.
Para mí, lo mejor que me ha funcionado es la doble limpieza. Hay quienes practican hasta la triple limpieza, pero a mí de momento con estos dos pasos es más que suficiente. Se trata de limpiar el rostro en dos partes, pero no por ello de forma más agresiva
La primera fase de la limpieza consiste en aplicar una textura que sea oleosa, para elimianr de forma suave los resto de maquillaje o residuos que hayan quedado (protector solar, exceso de sebo, etc). Aunque te de miedo los aceites, si eliges uno correctamente no tiene por qué producirte más sebo.
La segunda fase consiste en aplicar un producto acuoso que nos ayude a retirar todas las partículas contaminantes y regular el exceso de grasa de la piel. Debe ser un un buen limpiador en formato gel o mousse que nos ayude a conseguir una piel más bonita y saludable.
El tercer paso (al menos en mi caso) es la aplicación del tónico. Debe ser un producyo humectante, equilibrante y que nos ayude a reducir los poros. Este tipo de productos hay que dejarlos actuar. Se pueden encontrar en muchos formatos. Para mí los más cómodos son los sprays.