LACAS LIBRES DE TÓXICOS
LACAS LIBRES DE TÓXICOS
Muchos de los esmaltes de la manicura semipermanente contienen una sustancia muy tóxica para la salud, y que puede poner en peligro tus uñas y tu piel. Se trata de los acrilatos, un componente derivado del petróleo de bajo peso molecular que precisa de la luz ultravioleta para que se formen los polímeros, una sustancia de mayor peso molecular que es la encargada del secado rápido y el perfecto acabado de tu manicura y que, una vez alcanza esta forma, son prácticamente inofensivos.
Cuando los acrilatos no se secan correctamente y se mantiene en su forma monomérica, pueden ser muy irritantes y perjudiciales para las uñas y, especialmente, para las cutículas y la piel de alrededor. Esto puede derivar en eccemas, reacciones alérgicas o problemas de dermatitis. Para evitar que esto ocurra, es fundamental que tengas en cuenta la composición de los productos antes de hacerte la manicura, y que evites a toda costa los acrilatos para velar por tu salud.
Aunque la mayor parte de los casos de dermatitis por contacto derivada de acrilatos que se han reportado tienen su origen en esmaltes semipermanentes, no es el único producto de cosmética donde se encuentran. En el terreno de la manicura, los productos para uñas de gel, acrílicas o postizas suelen llevar también esta sustancia. También se encuentra en algunos pegamentos empleados para extensiones de pestañas y en algunos productos sanitarios como pastas de dientes, bálsamos labiales o pegamento para prótesis dentales.
Si bien es cierto que son muchos los productos en los que pueden encontrarse esta sustancia, los más frecuentes y con los que debes tener más precaución son con los productos de manicura, especialmente si eres de las que no pueden vivir sin ir una vez cada dos semanas a repasar tu manicura semipermanente.
La clave para que no se produzcan estas reacciones es garantizar un buen secado del esmalte en las lámparas ultravioletas. Cuando los acrilatos entran en contacto con la luz y el calor de la lámpara se produce un proceso que lo inactiva y que, por tanto, hace que pierda sus capacidades nocivas. Por tanto, es fundamental que, tanto si vas a hacerte la manicura como si la haces en casa, pongas especial atención en este paso.
No obstante, para evitar todo tipo de peligros, lo mejor es que te decantes por un esmalte libre de acrilatos. Como cada vez somos más consciente de estos riesgos, son más las marcas que se suman a los productos 3-free, es decir, libres de formaldehído, ftalat de dibutilo y toludeno, tres de las sustancias más tóxicas. Algunas marcas, incluso, rebajan la composición a productos aún más saludables, pero son las que menos.
Si alguna vez has sufrido este tipo de lesiones derivadas de los esmaltes con productos tóxicos, es muy importante que el tratamiento sea inminente. Normalmente, si se actúa a tiempo, un corticoide tópico suele ser la solución, pero todo depende del tipo de lesión y lo avanzada que esté. Acude a un profesional que te recomiende lo más indicado para la afección que sufras.
Las reacciones más comunes suelen ser de tipo alérgicas, pero como ataca a la piel es preciso acudir primero a un dermatólogo que diagnostique con precisión qué es lo que te ocurre. En ocasiones, la reacción puede extenderse a otras partes del cuerpo como los ojos o la cara, porque el contacto de la reacción hace que se pueda traspasar a lo que toques.
En cualquier caso, es mejor prevenir que curar. Además de vigilar con extrema precaución que el esmalte que uses sea el adecuado, puedes poner remedios para que no se complique la situación. Evita tocar el esmalte cuando aún no está seco y cuida que las condiciones de la lámpara de secado sean perfectas. Deja descansar la uña cada cinco meses, y no mantengas el esmalte más de so semana seguidas.