Farmacéuticas y dermatólogas en Instagram: cuál el secreto de su éxito y por qué tienen los mejores consejos para cuidar todo tipo de pieles

Decenas de miles de seguidores en Instagram, un feed lleno de recomendaciones , directos sobre temas de actualidad e, incluso, eventos y podcast. Así es el perfil de las farmacéuticas y dermatólogas en las que más confiamos ahora para cuidar nuestra piel . Lo que antes era corría de boca en boca, ahora se recomienda en las redes sociales. Y hacemos más caso a la boticaria del medio millón de seguidores que a la farmacéutica de nuestro barrio.

Ya no buscamos a un buen dermatólogo en un hospital, lo hacemos en Google. ¿Es mejor profesional el que más seguidores tiene? Según la farmacéutica Marta Masi, «no eres ni mejor ni peor. La profesionalidad te la da el conocimiento y la experiencia. Las redes sociales son un medio, una ventana para relacionarse y llegar a más personas».

Para Cristina Eguren, dermatóloga, «las redes aportan, fundamentalmente, visibilidad, pero no mayor profesionalidad. Se pueden construir comunidades que permiten lograr un gran alcance, que el trabajo que realizamos en consulta llegue a personas y lugares donde sería muy difícil llegar de otra manera. Instagram es un gran altavoz. Ahora bien, el contenido y la imagen que se exponen tienen que estar basados en una realidad; de poco sirve tener un gran altavoz de un trabajo malo o mediocre. Primero hay que ser un buen profesional y luego, parecerlo».

Es verdad que un buen perfil en redes y una numerosa legión de followers ayudan a alimentar la reputación y no solo repercute en más pacientes o clientes, también en la colaboración con marcas de belleza. «Como en otros sectores, contar con un rostro conocido asociado a una marca ayuda a aportar la credibilidad que tenga ese perfil. Igual que preferimos comprar un producto con una presentación atractiva, nos fiamos más de caras conocidas que aporten un valor extra a la recomendación», explica Teddy Pellín, directora de belleza en la agencia de publicidad y marketing Ogilvy.

Es tan importante esa imagen que muchas profesionales recurren a expertos en comunicación, un trabajo en equipo que les facilita las cosas. La farmacéutica Carmen Díaz-Toledo es la excepción: «Mis redes las llevo yo. Mi perfil es un reflejo de mí misma, con contenido muy específico sobre piel. Por eso veo esencial ser yo quien da la cara. De otra manera sería imposible generar confianza y credibilidad».

María Bretón, experta en comunicación, tiene claro que «lo que te hace triunfar en las redes es un buen contenido. Fácil, corto, entendible, cercano y, sobre todo, adecuado al canal y al público que lo consume. Siempre teniendo en cuenta que hay que ser muy cautos con la medicina. Pero si se ejerce un papel educativo y divulgativo es maravilloso, incluso puede ayudar a desmitificar determinados problemas, como la psoriasis o el vitíligo», continúa.

Marta Masi comparte esa opinión: «El balance siempre es positivo. Instagram permite ver, en tiempo real, cómo reaccionan tus seguidores a la información que publicas y te hace aprender. Además, sientes que puedes resolver sus dudas con el consejo profesional y cada día te esfuerzas en hacerlo mejor. Crear información valiosa para nuestros seguidores, aunque nos suponga mucho esfuerzo, es siempre nuestro objetivo».

Un trabajo extra, aún más exigente que el de detrás del mostrador, como explica Díaz-Toledo: «El nivel de autoexigencia en redes, para mí, es difícil de gestionar: quieres que todo esté siempre perfecto. Sin embargo, saber encontrar el equilibrio entre el rigor y el entretenimiento creo que es importante. El principal motivo que me mantiene en redes es el contacto con la gente y darme cuenta de que mi consejo puede ayudar a mejorar la salud y la piel de alguien. Siento una profunda vocación por lo que significa ser farmacéutica y las redes me ponen en bandeja elevar este concepto a la máxima potencia. Si lo que publicas llega a determinadas personas y mejora su calidad de vida, todo el esfuerzo cobra sentido».