Mascarilla faciales de lino: por qué es la nueva recomendación de muchas usuarias

Si hay un producto que siempre nos encanta añadir a la rutina es una buena mascarilla facial. ¿A quién no le gusta llegar a casa y añadir en el rostro una mascarilla? Son efectivas y una herramienta de belleza ideal para darle un extra de cuidados a la piel.

Hay todo tipo de mascarillas faciales según las necesidades que tengas, ya sea con vitamina C si te falta algo de luminosidad, ácido hialurónico, colageno o té verde. Es la ventaja de este tipo de productos de belleza que te ayudarán a potenciar tu cutis en breve.

Si eres fan de las mascarillas, seguro que siempre estás probando nuevas opciones. Pues bien, esto interesa porque hay una que se ha puesto de moda entre muchas usuarias porque ayuda a conseguir un efecto lifting casi como el bótox, pero sin aguja.

Hablamos de las mascarillas de semillas de lino. Es un tipo de mascarilla que ofrece múltiples beneficios para la piel y además, de forma natural. Las semillas de lino son conocidas por su capacidad para retener la humedad. Cuando se aplican en forma de mascarilla, ayudan a hidratar la piel, dejándola suave y lisa.

Otra ventaja de utilizar este tipo de mascarillas es que son ricas en ácidos grasos omega-3, que tienen propiedades antiinflamatorias. Esto las hace ideales para calmar la piel irritada, reducir el enrojecimiento y tratar afecciones como el acné y la rosácea.

Además, algunas preparaciones de mascarillas de lino pueden ayudar a exfoliar suavemente la piel, eliminando las células muertas y revelando una piel más brillante y lisa. Permiten mejorar la elasticidad de la piel, gracias a su contenido de omega-3 y otros nutrientes, lo que puede contribuir a una apariencia más firme y juvenil.

Preparar una mascarilla facial de semillas de lino es un proceso sencillo y natural, ideal para nutrir y calmar tu piel. Simplemente necesitas una o dos cucharadas de semillas de lino y media taza de agua:

Paso 1. Coloca las semillas de lino en el bol y agrega suficiente agua para cubrirlas completamente. La proporción general es aproximadamente de 1 parte de semillas por 3 partes de agua.

Paso 2. Deja que las semillas se remojen durante al menos 2 a 3 horas. Algunas personas prefieren dejarlas en remojo durante la noche. Durante este tiempo, las semillas liberarán su gel, que es lo que usarás para la mascarilla.

Paso 3. Después del tiempo de reposo, las semillas habrán creado un gel espeso alrededor de ellas. Si la mezcla parece demasiado líquida, puedes dejarla reposar un poco más, o la próxima vez usa menos agua.

Paso 4. Utiliza el colador o la tela de muselina para separar las semillas del gel. Presiona suavemente con la cuchara para extraer todo el gel.

Paso 5. Con la piel previamente limpia, aplica el gel de lino sobre tu rostro con los dedos o con una brocha para mascarillas. Evita el área alrededor de los ojos y la boca.

Paso 6. Deja la mascarilla actuar en tu rostro durante unos 15-20 minutos. Sentirás que la mascarilla se va secando y tensando en tu piel. Si notas que te pica la piel durante los primeros segundos, es mejor que la retires y laves bien el rostro con agua y jabón.

Paso 7. Una vez transcurrido el tiempo, enjuaga tu rostro con agua tibia. Puedes finalizar con agua fría para cerrar los poros.

Paso 8. Seca tu rostro dando suaves palmaditas con una toalla y luego aplica tu hidratante habitual.