Puede que te esté pasando ahora mismo o quizás lo has experimentado alguna vez. La aparición de pequeños puntitos blancos alrededor del contorno de los ojos, los párpados, en la parte alta de las mejillas o en la frente es muy común y nos puede pasar a todas, independientemente de nuestro tipo de piel o edad. Estas pequeñas protuberancias se denominan milia. Se trata de grupos de quistes llenos de queratina provocados por esas células muertas que quedan atrapadas en los poros bajo la superficie del cutis. En adultos, la causa más frecuente es que no se apliquen los productos de cuidado facial de forma correcta o que sean estos los que la originen con sus ingredientes.

En el caso de la milia primaria, en la zona ocular, hay ocasiones en las que un cosmético no penetra adecuadamente, ya que esa área carece de glándulas sebáceas que retengan la humedad y el ritmo de la circulación sanguínea es menos, algo que favorece la obstrucción. La milia secundaria se desarrolla por la oclusión de los conductos sudoríparos que puede deberse a una infección o reacción, a la falta de sueño, una limpieza insuficiente o el abuso de productos de cuidado que contengan aceites. En ambos casos, dependiendo de la profundidad con la que se hayan incrustado, estos bultitos pueden desaparecer por sí solos a lo largo de las semanas o meses. Aunque, afortunadamente, si queremos deshacernos rápido de ellos existen tratamientos que los eliminarán por completo. Pero, nunca, nunca los aprietes porque favorecerás la creación de cicatrices bastante graves que sí se quedarán ahí por siempre.

Métodos de prevención:

Lo fundamental y lo que resulta más eficaz para anticipar cualquier problema con la piel es una limpieza en profundidad. El maquillaje y lo agentes externos como la contaminación son nocivos si no se mantienen en contacto con nuestro rostro durante mucho tiempo. Por eso, conviene lavar nuestro rostro al menos dos veces al día y si nos hemos maquillado, hacer un procedimiento de limpieza doble, primero para eliminar la suciedad y después para deshacernos de los residuos que no se hayan ido del todo y para el tratamiento. Se recomienda usar jabones suaves sin parabenos o agua micelar y evitar los desmaquillantes con fórmulas aceitosas, ya que pueden dejar rastro.

SA Smoothing Cleanser de Cerave / LOOKFANTASTIC

La exfoliación es otro paso beneficioso en la rutina. Esto hará que la producción de queratina se reduzca o equilibre. Los exfoliantes químicos con AHA y BHA, como el ácido salicílico (2%), el ácido glicólico (5-10%) o el ácido láctico (menos irritante al ser una molécula más grande), son los más eficaces.

Los tratamientos de retinol también ayudan a prevenir y combatir la formación de milia. Este ingrediente impulsa la renovación celular que evita la acumulación de capas de piel muerta y, por tanto, que los quistes no aparezcan o ayudando a que salgan a la superficie. Tu piel estará libre de obstrucciones e imperfecciones. Pero, mucho cuidado con la exposición al sol porque si reacciona con alguno de estos componentes de gran potencia, el problema empeorará porque la tez estará más sensible.

Exfoliante Resist Anti-Aging 2% BHA de Paula's Choice / PAULA'S CHOICE

Hay que tener especial cuidado con los cosméticos que escogemos para el contorno de los ojos. La piel aquí es extremadamente delicada y fina, por lo que se puede arruinar fácilmente. Un producto en formato sérum es de rápida absorción y no deja rastros en la superficie que tiendan a acumularse. Mientras más ligero sea el cosmético, mejor.

Los suplementos de vitamina D, el descanso y una dieta libre de alimentos grasos que favorezcan el colesterol, son pequeños cambios de estilo de vida que no cuestan nada y sirven de mucho.

Ferulic + Retinol Eye Serum de Dr. Dennis Gross / CULT BEAUTY

Tratamientos para la milia:

Los métodos más extendidos de eliminación de estas protuberancias son la crioterapia (uso de nitrógeno líquido), la extracción con aguja estéril o una herramienta específica para comedones (procedimiento para levantar de forma suave la capa más externa, sacando el contenido del quiste) o la ablación cutánea con láser.

Ahora que conoces qué son esos puntitos blancos y qué los provoca, sigue estos pasos para que nunca más los vuelvas a padecer.

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