Péptidos de cobre: el activo estimulador de colágeno número uno obligatorio para un tratamiento antiedad a partir de los 40 años

Cuando hablamos de combatir el envejecimiento, en nuestra mente aparecen automáticamente 3 componentes imbatibles que se llevan todo el protagonismo, como son el retinol , el colágeno y la vitamina C . Sin embargo, a medida que vamos leyendo acerca de fórmulas pensadas para piel madura, nos damos cuenta de lo que se dejan delado otros activos antiedad super eficaces. Todos tienen la misma misión, fomentar la renovación celular, difuminar arrugas y manchas, reafirmar y aumentar la luminosidad de la tez apagada propia de la edad.

Seguramente habrás oído hablar de las propiedades rejuvenecedoras de los péptidos, pero al igual que ocurre con los retinoides, hay diferentes variedades y unas son más potentes que otras en eso de alcanzar resultados visibles y una buena salud de la piel. Así, aparecen en nuestro radar los péptidos de cobre, encargados de mantener la estructura de los tejidos para que no suframos de flacidez ni líneas de expresión profundas. Te explicamos sus beneficios y por qué son totalmente necesarios en tu rutina de cuidado facial.

Grosso modo, los péptidos son cadenas cortas de aminoácidos que componen las proteínas y trabajan para estimular la producción de moléculas complejas que cimentan la piel, como el colágeno, la elastina o la queratina. Es decir, otorgan la flexibilidad, firmeza y tersura.

De entre las cuatro categorías de péptidos antiedad que existen (indicadores, portadores, inhibidores de enzimas e inhibidores de neurotransmisores), los péptidos de cobre forman parte del grupo de los portadores. Se trata de un tripéptido que se fusiona con el cobre para aportar minerales a la dermis y el más reconocido es el GHK-Cu, con gran poder antioxidante y de refuerzo del colágeno, para reducir su degradación e inducir a su aumento, gracias al carácter cítrico del cobre que combina superóxido dismutasa y lisil oxidasa, unas enzimas increíbles para combatir arrugas, mejorar el brillo natural, la protección, la densidad y la elasticidad.

Este tipo de péptidos se debe utilizar a diario para obtener cambios drásticos devuelvan la apariencia juvenil, aunque, se recomienda emplearlos en el cuidado nocturno para potenciar su efectividad, ya que es el momento en el que el organismo entra en su punto álgido de reparación y renovación celular, que aprovecha el ingrediente para penetrar mejor y trabajar durante más tiempo en recomponer las células. Los puedes encontrar en muchas fórmulas, pero la mejor opción es emplearlo en un sérum y, después, agregar una capa de una crema hidratante untuosa o un aceite denso que asegure la absorción en profundidad.

Como ocurre con la vitamina C, los péptidos de cobre tienden a la oxidación, por lo que es mejor incluirlos en productos en los que vengan encapsulado, para maximizar su efecto, ya que no solo los conserva mejor, sino que favorece su asimilación y rendimiento.

Además, es seguro para todo tipo de pieles y compatible con la mayoría de ingredientes, funcionando especialmente bien junto a humectantes como el ácido hialurónico, escualano, glicerina, vitamina E o, como compañero del retinol y derivados, que actúan de forma sinérgica para minimizar los signos de la edad, a la vez que regeneran las células e incrementan el colágeno. O, en pareja con la niacinamida para iluminar, reforzar la barrera cutánea de protección contra el fotoenvejecimiento, desvanecer manchas y rojeces e iluminar la tez (al ser más estable que la vitamina C).

Las excepciones son los sérums de vitamina C formulados con un pH bajo o los productos con alfahidroxiácidos demasiado agresivos, porque descomponen la cadena que forma los péptidos y reducen su eficacia.

Si quieres darle un impulso radical a tu cuidado antienvejecimiento y ver que tu cutis está relleno, tenso y radiante, rebosante de juventud, no dudes en adquirir tu dosis de péptidos de cobre.