Perfumes que huelen de maravilla y que no vas a dejar de usar esta primavera

Si ya estñásn pensadndo en un regalo para el día de la madre, no te puedes perder esta seleciión de perfumes de primavera. Vale, sabemos que no es el más original del mundo, pero sí que, cada uno de ellos, tiene una historia muy especial detrás. Para todo el año ya tenemos los perfumes de supermercado o los fresquitos de toda la vida , ahora es el momento de una apuesta más original.

Y es que no se aprecia a simple vista, pero dentro de los frascos de los perfumes que nos proponen para esta primavera hay, además de la fragancia en sí, meses e incluso años de trabajo de campo. Desde los cultivos de los ingredientes (flores, en su mayoría ), hasta su proceso de destilado, pasando por el método de recolección. Para conseguir, por ejemplo, el absoluto de iris que contienen las fragancias de Jean Paul Gaultier, que se obtiene del lirio de Florencia, hay que esperar tres años desde su recogida para poder secar sus raíces (al sol o en un horno especial).

Una vez secas, se trituran y se destilan con vapor en un procedimiento largo y costoso, por eso se usa solo en alta perfumería. Por su parte, en Goldea Blossom Delight de Bulgari se recurre a un innovador método de extracción con CO2 para conseguir la fragancia de los dos tipos de rosa que se perciben, la centifolia y la damascena.

Cada flor requiere un trato diferente para sacarle el máximo partido. En el caso de la última fragancia de Issey Miyake, la magnolia Michela Alba, procedente de China, se tiene que recoger de abril a julio y destilar con agua para decantarla y separar el aceite esencial. En Dior, el nardo de Grasse es el protagonista de J´Adore Infinissime. Esta flor se dejó de cultivar por su elevado coste económico y humano (agacharse durante horas para plantar bulbos, desenterrarlos uno a uno en noviembre y volver a plantarlos en primavera), pero se recuperó hace tres años gracias a la marca.

También han reproducido el método de extracción que se utilizaba antaño: el enfleurage, que consiste en colocar flores frescas sobre unos marcos cubiertos de grasa vegetal para que los pétalos, que antiguamente se pinchaban con un tenedor para liberar sus moléculas olfativas, dejen la grasa impregnada de aroma. La pomada obtenida se diluye con alcohol y sigue un proceso de filtrado y evaporación.