Demasiados meses tapadas y ahora llega su momento. Pies, codos, espalda o escote, todas estas zonas que han estado bajo cubierto empiezan a llevarse al aire y toca hacerles un chequeo completo. La reina Letizia ya las ha empezado a enseñar y ha aprobado con nota: su vestido cut out que dejaba ver su marcado abdomen lo ha demostrado. En realidad, no es ahora cuando deberían preocuparnos de terner una piel rejuvenecida, sino que hay que cuidarlas aún más cuando están a resguardo, porque el roce de la ropa hace que se generen más celulas muertas y, como consecuncia, la piel esté más seca.
Por no hablar del calor de las calefacciones, que provoca el mismo efecto. Pero como nunca es tarde, aún estás a tiempo de prepararlas para que se muestren en su pleno esplendor. Un escote bonito, una espalda sin imperfecciones, unos talones hidratados o unos codos como la seda son posibles, solo tienes que tomar nota de unos sencillos cuidados. Eso sí, la clave del éxito está en la constancia y en elegir los productos que mejor se adapten a cada zona del cuerpo.
La zona del escote y el cuello es nuestro primer objetivo cuando nos desprendemos de jerséis y chaquetas. Un área que, en los últimos años, ha sufrido un problema extra derivado del abuso de los teléfonos móviles: el llamado tech-neck (o arrugas tecnológicas). Para atenuar esas arrugas, elige una crema específica con activos antiedad y completa el cuidado con una mascarilla cada 15 días. Pero si no quieres llenar tu cuarto de baño de cremas, hay un truco que nunca falla: cuando te apliques el producto para la cara, extiéndelo también por el cuello y el escote, con movimientos ascendentes.
Las manchas son otra de las grandes preocupaciones. Para evitar que salgan, utiliza un protector solar, pero si ya es tarde, elige un producto despigmentante que, además de atenuarlas, ayude a que no aparezcan de nuevo. Una vez solucionada esta parte, la espalda es el siguiente objetivo. Si el problema es la aparición de granitos, exfolia una vez a la semana con un producto suave. Puedes hacerlo con un c epillo para el cuerpo, de mango largo, que te permita llegar a las partes donde no alcancen los brazos.
Aprovecha también para suavizar también los codos, sobre los que puedes aplicar después un bálsamo reparador, como la mítica crema Eight Hour de Elizabeth Arden, que nunca falla. Por último, hay que poner especial cuidado en los pies. Es una de las partes que más ha sufrido el paso del invierno y cuando vamos a ponernos las sandalias tenemos los talones secos e, incluso, agrietados. Es normal, los talones (igual que los codos) cuentan con menos glándulas sebáceas que el resto de la piel del cuerpo.
Prepáralos para las sandalias con un buen bálsamo, que debes aplicar a diario las veces que necesites. Además de los talones, extiéndelo sobre las zonas que más se resequen, como las llamadas almohadillas y la parte exterior del dedo gordo.