Tras el verano y su constante exposición solar, la aparición de manchas en la piel suele ser una de las afecciones más comunes. Y aunque se trata de un problema beauty habitual en estas fechas, lo cierto es que es algo que preocupa durante todo el año, ya que las manchas también son uno de lo s signos del envejecimiento más frecuentes.
Ahora bien, ¿cómo se pueden eliminar o, al menos disimular? Pues la respuesta no es sencilla. Y es que, acabar con ellas es tarea difícil, a menos que recurras a algún tratamiento como el laser. Pero si la cosa no es severa, puedes recurrir a cremas con algunos activos que ayudan con la hiperpigmentación como es el caso de la niacinamida o la vitamina C.
Ambos ingredientes son recomendados para acabar con las manchas y para conseguir una piel lisa, uniforme y luminosa. Pero, ¿sabes cuál es la mejor opción? Si no tienes clara la diferencia entre uno y otro, toma nota de cuáles son sus beneficios y escoge cuál va mejor contigo.
La vitamina C, también conocida como ácido ascórbico, es un antioxidante ampliamente reconocido que se encuentra de forma natural en frutas cítricas como naranjas y limones, así como en vegetales como pimientos y brócoli. Cuando se trata del cuidado de la piel, la vitamina C es apreciada por su capacidad para combatir los radicales libres, que son moléculas inestables que pueden dañar las células de la piel y acelerar el proceso de envejecimiento.
Esto significa que la vitamina C puede ayudar a prevenir la formación de manchas oscuras al proteger la piel de los efectos nocivos del sol y otros factores ambientales. Además de sus propiedades antioxidantes, la vitamina C también es conocida por su capacidad para reducir la producción de melanina, el pigmento responsable de la coloración de la piel. Al reducir la producción de melanina, la vitamina C puede ayudar a aclarar las manchas oscuras existentes y prevenir la formación de nuevas.
La niacinamida, también conocida como vitamina B3, es otro ingrediente versátil cuando se trata del cuidado de la piel. A diferencia de la vitamina C, la niacinamida no es un antioxidante en sí, pero tiene una amplia gama de beneficios para la piel. Uno de los aspectos más destacados de la niacinamida es su capacidad para inhibir la transferencia de melanina en la piel, lo que la convierte en una opción efectiva para reducir la aparición de manchas oscuras.
Además, la niacinamida es conocida por su capacidad para f ortalecer la barrera cutánea, lo que ayuda a retener la humedad y prevenir la pérdida de agua transepidérmica. Esto puede ser beneficioso para las personas con piel seca o propensa a la irritación, ya que una barrera cutánea saludable puede mejorar la apariencia general de la piel y reducir la sensibilidad.
Si aún así no tienes claro por cuál decantarte, debes saber que, a pesar de lo que se dice, son dos activos que sí se pueden combinar. Para Lucía Altozano, farmacéutica titular de Skinpharmacy Jorge Juan 34, «tanto la niacinamida como la vitamina C poseen increíbles propiedades para el cuidado y protección de nuestra piel. Ambos son considerados dos de los ingredientes cosméticos más eficaces frente al envejecimiento prematuro. Y la cosmética actual ofrece fórmulas que integran perfectamente ambos activos, conservando los beneficios de ambas«.
Inicialmente, a raíz de unos estudios realizados en la década de los 60´s, se creía que al entrar en contacto la Niacinamida con la Vitamina C, se transforma en Ácido Nicotínico, también un derivado de la Vitamina B3 pero que actúa como vasodilatador y que ocasiona enrojecimiento, picor e irritación de la piel. Hoy día se sabe que esta reacción se produce bajo condiciones de calor extremas y no nos referimos a dejar nuestra crema de Vitamina C y Niacinamida favorita bajo el sol del tórrido verano.
Este estudio revelaba otra cualidad de incompatibilidad y es que ambos ingredientes poseen un pH diferente. Mientras que la Niacinamida se mantiene estable en un pH prácticamente neutro, el de la Vitamina C es mucho más ácido, en torno al 3 - 3.5. Para entenderlo mejor; si ambas vitaminas necesitan pH diferentes y se encuentran en una misma formulación, una de las dos no podrá conservar el pH idóneo por lo que resulta lógico pensar que perderá su efectividad y beneficios.
Para resolver este problema, la industria cosmética actual más avanzada incluye Fosfato de Ascorbilo de Sodio o palmitato de ascorbilo, que no son más que derivados de la Vitamina C pero estable y soluble en agua y cuyo pH es de 7 sobre una escala de 14 lo que lo sitúa en un pH neutro como el de la niacinamida por lo que ambos activos conservan todos su beneficios.
Si después de estos consejos, te has decidido a probar ambos ingredeintes juntos para una efectividad mayor, aquí te dejamos algunas opciones que incluyen niacinamida y vitamian C en su fórmula, que recomiendan expertos y con los que conseguirás grandes resultados.
- Ampollas WhitePro de Ami Iyök: tratamiento, en formato ampollas, eficaz para aquellas pieles con manchas provocadas especialmente por el fotoenvejecimiento, pero también causadas como la edad, el acné o una hiperpigmentación post inflamatoria, entre otros factores. Esta línea de ampollas contiene prebióticos e ingredientes como el ácido azelaico y la niacinamida, que ayudan a mantener sana la microbiota natural de nuestra piel a la vez que la hidratan y calman después de la exposición solar.
- Boost de Vitamina C con Niacinamida de Omorovicza: un sérum diario de Vitamina C que proporciona una protección diaria esencial contra los agresores ambientales, al tiempo que estimula la producción de colágeno para una tez más juvenil. La piel opaca y sin vida se revive, y la piel se ve uniforme y luminosa.
- Whitening Lux de de Tegoder Cosmetics: un tratamiento facial blanqueante e iluminador específico para pieles hiperpigmentadas y átonas, basado en la cosmetogenómica, la ciencia cosmética más avanzada que trabaja sobre los genes de la piel. Esta crema posee los cuatro ingredientes de moda contra las manchas, péptidos, niacinamida, retinol y citamina C. Un cóctel de principios activos que aporta mayor uniformidad y homogeneidad al tono de la piel, volviéndola más luminosa y libre de manchas.