Harper no solo juega al fútbol cada domingo, sino que es habitual verla con su padre, David Beckham, en las gradas de los estadios atendiendo a los análisis del juego que este le explica. /
Que aún quedan muchas barreras por romper en el fútbol femenino en su lucha por equipararse al masculino, es más que obvio. Muestra evidente de ello es la huelga impulsada por las futbolistas de la Liga Iberdrola, la Primera División femenina de nuestro país, a finales del año pasado para lograr un convenio de mínimos. Pero también es cierto que, poco a poco, v an avanzando terreno en ese camino hacia la igualdad con personajes como Megan Rapinoe, cocapitana de la selección norteamericana de fúbol femenino ,, ganadora del pasado Mundial. A nadie se le escapa que, con paso discreto pero firme, la competición se va abriendo hueco en las parrillas de televisión. Y ya se sabe que el interés mediático es una batalla muy importante.
Así que, en este marco, a nadie le asombrará que la heredera el imperio futbolístico de David Beckham tenga nombre de mujer: Harper Seven. Sí, es la única hija de los cuatro vástagos del matrimonio la que parece haberse impregnado no solo del amor por la pelota, sino también de llevar en su materia genética el golpeo de balón que hizo de Sir David un lanzados de libres directos magistral.
La última publicación de David, habla de orgullo por ella, pero deja otros detalles. El primero de ellos, ese golpeo al que aludíamos. Un vídeo de un par de segundos demuestra que el apellido es solo un adorno, que la técnica es depurada para una niña de tan corta edad. La segunda, que se siente muy cómoda atándose esas botas de tacos que le permiten emular todo tipo de regates y deslices sobre el césped con la impronta inconfundible Beckham.
"La verdad es que está mejorando un montón. Juega muy bien para ser tan pequeñita, tiene coordinación, habilidad y mucho coraje. Ya veremos si se anima a seguir el camino de su padre o no, pero la verdad es que se lo pasa muy bien pateando el balón junto a sus hermanos", manifestaba en una entrevista hace seis años David. Unas palabras con las que ya daba muestra de que tenía claro quién quería ser como papá.
Hace un par de años, Beckham volvía a incidir en el hecho de que a sus hijos no les llama la atención, pero a ella sí. Lo hizo en el programa de la televisión británica 'The Graham Norton Show': " Harper juega cada domingo al fútbol y le encanta. Los chicos no lo hacen y eso es devastador para mí. Tienen talento, pero solo a Harper le interesa. Me entusiasma mucho verla jugar".
Claro que la cantidad de partidos que ha visto al lado de un maestro como su padre, seguro que han influido para que se desarrolle esta pasión. De hecho, la complicidad que se ha generado entre ellos, captada por los fotógrafos a menudo, ha despertado alguna que otra polémica. La relación es muy estrecha. Tanto como para que, en un partido de la Premier League al que asistieron como espectadores, se viera a David dando besos, de manera repetida, en la boca a la niña, lo que provocó que se alzara la voz de los sectores más críticos.
Esta es la imagen que causó revuelo, tomada en la final del Mundial femenino de fútbol, el pasado verano. /
Lo cierto es que, de momento, es joven, pero sigue practicando en un equipo mixto, a la espera de poder continuar en uno exclusivamente femenino. Y, quizás, cuando ella llegue a la élite, se haya obrado el milagro de esa igualdad y David no se ponga tan nervioso cuando tocan a su hija en el campo. "Harper lo estaba haciendo muy bien, conduciendo el balón, y de repente, un chico le hizo una entrada. Me puse a mirar a mi alrededor, a mirar a los otros padres, preguntándome cómo debía reaccionar. ¿Debería ser un embajador UNICEF o debería ser el padre de Harper?", reconoció en esa entrevista en televisión.
A esa pregunta solo puede contestar él, pero lo que parece irse despejando con el paso de los años es que ella es quien está llamada a colocarse una corona con un brillo que se encargó de proporcionarle David durante las dos décadas que estuvo en activo. Y quién sabe si, de aquí a que ella tenga que colgar las botas, también puede coger las riendas del club estadounidense que preside su padre.
Pero lo cierto es que su poder va más allá de lo que hace cuando se calza las botas. Con la impronta del estilo a la hora de vestir de su madre, Victoria Beckham, sus 'looks' han sido analizados en más de una ocasión (además de asistir al fútbol, también lo hace a los 'front row' de la mano de la diseñadora). Tiene solo ocho años, pero ha conseguido pegar una pasada por la izquierda, sin que se den ni cuenta, a sus tres hermanos en cuanto a repercusión en Reino Unido.
No obstante, hace unos meses, la revista 'Tatler' la incluía en su lista de personas más influyentes del país en el cuarto puesto, por encima de la mismísima Meghan Markle. Una niña convertida en icono de estilo desde la cuna. Lo ha 'mamado' en casa y sabe que tiene los mimbres para ser una de las estrellas más sonadas de aquí a unos años. Porque, según la prensa inglesa, cuenta con un carisma y un desparpajo del que adolecen sus hermanos varones.
Con la s onrisa como seña de identidad, ha sido calificada como "una buena niña" por su círculo íntimo en más de una intervención en medios. Y tiene ese toque nos hace recordar que aún le queda mucha infancia por recorrer y que debería respetar los tiempos para no convertirse en uno de los tantos juguetes rotos que existen en la historia de las 'celebrities'.