Jessica, la mayor de los tres hijos de Bill Gates, concede una entrevista en la que hace un retrato de cómo ha sido crecer en casa con el hombre más rico del mundo. / instagram.

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La hija de Bill Gates, una privilegiada que no tiene miedo a renunciar a la herencia de sus padres (así ha sido crecer con el hombre más rico del mundo)

Jessica, hija de Bill Gates, se descubre en su primera entrevista en la que habla abiertamente de cómo ha sido crecer con uno de los hombres más poderosos en casa y cómo no le importaría renunciar a la herencia para forjar su propio camino.

Podría haberse acomodado. Haber pensado que lo tenía todo hecho. Pero no. Mayormente, porque su padre, Bill Gates, ya advirtió hace tiempo que sus hijos tendrían que labrarse un futuro con sus propias manos. Que la parte de la herencia que recibirían cada uno de sus tres descendientes sería "minúscula".

Fue en el 'Daily Mail' donde una de las mayores riquezas del mundo aseveró hace unos años: "Se les dará una educación increíble y todo será pagado. Y ciertamente cualquier cosa relacionada con problemas de salud nos ocuparemos". Y añadía, para que no hubiese lugar a dudas: " En términos de sus ingresos, tendrán que elegir un trabajo que les guste e ir a trabajar"

Así que no es de extrañar que Jessica, que acaba de licenciarse en Medicina por la Universidad de Stanford, haya hecho del sacrificio y el esfuerzo su bandera. A sus 24 años, la mayor de los tres hijos de Bill y Melinda, acaba de conceder su primera entrevista. Una charla que sirve para hacer un retrato de cómo ha sido su vida en una casa en la que lo ha tenido todo, pero en cuyo ambiente siempre ha sido consciente de que una tiene que ganarse las cosas por méritos propios.

Es en la revista 'Sidelines' donde se confiesa con rotundidad: " Nací en una enorme situación de privilegio". Porque recordemos que su padre se convirtió en el hombre más rico del mundo por primera vez en 1995, cuando ella aún ni había nacido. Por lo tanto, cuando llegó al mundo, el imperio de Gates ya era más una realidad que un proyecto de futuro. Aunque todos estos años le hayan servido para consolidarlo.

"Creo que se trata de aprovechar esas oportunidades y aprender de ellas para encontrar cosas que me apasionen y espero que hagan del mundo un mundo un poco mejor lugar", explica Jessica, que pone ejemplos de situaciones vividas en su día a día que reflejan cómo sus padres trataban de dibujarles a ella y a sus hermanos la dureza de la realidad del mundo más allá de los privilegios que les rodeaban.

Cuando era pequeña, siempre me hablaban como si fuera un adulto"

"Cuando era pequeña, siempre me hablaban como si fuera un adulto y no estaban dispuestos a evitar conversaciones difíciles. Crecí escuchando sobre la mortalidad infantil en la mesa, sobre la poliomielitis, sobre la epidemia del VIH", relata la joven, que señala que, en ocasiones, su madre se dio cuenta de que igual estaban siendo demasiado explícitos con ellos para la corta edad que tenían. Asegura que una de esas veces fue cuando la descubrió contándole a una de sus muñecas que tenía VIH.

Boda a la vista

Para ella la Medicina ha formado parte de su vida desde esa infancia en la que jugaba a ser doctora. Ahora, licenciada como decíamos en Stanford, cursa el segundo año en la Escuela Icahn de Medicina de Mount Sinai, Nueva York. Uno de los centros médicos más prestigiosos del mundo al que no ha llegado por casualidad, sino por pura vocación y por ese esfuerzo que su padre se ha encargado de inculcarle.

Jessica Gates en una imagen junto a su prometido, Nayel Nassar. / gtres.

Pero a Jessica, además de para esta dedicación al campo que abonó desde que era una cría, le queda tiempo para otras cosas. Entre ellas, para su relación de pareja con el jinete egipcio Nayel Nassar (licenciado en Administración y Economía y criado en Kuwait), a quien conoció en el campus universitario y con quien, como ella misma anunció en las redes sociales, está comprometida. Con él y con esa pasión por los caballos que también cultiva desde que tenía seis años.

Jessica es el ejemplo de que ser 'hija de' no es sinónimo necesario de ser una 'ni-ni'. Todo es cuestión de la educación que uno reciba en casa. La de los Gates con ella, por lo que ha mostrado, tiene pinta de haber sido exquisita.